Si se tuviera que definir a Clarins, se haría como una empresa humana, responsable y comprometida con el medioambiente. Su manera de ser y actuar se basa en una doble convicción: la importancia que le dan a la escucha de las mujeres ya que estas son la razón de ser de los productos y consejos, y el amor que ellos mismos sienten por la naturaleza puesto que inspira la investigación, estimula la innovación y ofrece activos vegetales que son esenciales en cada una de las fórmulas. Lleva presente desde 1954, y para seguir con esta concepción que tanto les ha valorizado, han optado por extender su razón de ser al conjunto de su política de responsabilidad social corporativa.
Aunque Clarins se caracteriza por su historia de pasión empresarial, la cual comenzó hace más de 70 años gracias a Jacques Courtin-Clarins, y por haber sido transmitida como un legado familiar que ahora dirigen sus hijos Christian y Olivier, en la actualidad se ha incorporado una tercera generación: Virginie Courtin-Clarins como Directora General Delegada de la RSC.
Este interés por la empresa familiar e independiente se debe a querer mantener la continuidad de unos valores muy específicos y una visión a largo plazo en el propio seno de la familia y colaboradores. Por tanto, Clarins es la transmisión de un modelo de empresa que confía en su equipo para que este comparta la posibilidad de un mundo más bello.
“Hacer la vida más bella, transmitir un mundo más bello”
Esta nueva misión consta de una promesa con dos ejes clave: cuidar a las personas y cuidar el planeta. Son compromisos de RSC basados en cuatro pilares de acción y que, por tanto, tratan de materializar la política de la empresa con una serie de acciones concretas y estableciendo parámetros de las distintas actividades.
Esta nueva política busca una nueva etapa con la que poder avanzar y demostrar que Clarins siempre ha estado presente en aspectos como este, aunque sea desde un segundo plano. “Durante mucho tiempo actuamos de manera espontánea sin apenas hablar del tema en concreto. No se trata de vanagloriarnos hoy, sino de hacer saber a todos que Clarins siempre ha actuado con determinación ante los desafíos sociales. Esta famosa lógica de progreso continuo ha estado presente desde nuestra creación. Para ir aún más lejos, hemos decidido dar un nuevo impulso y unificar nuestra política”, declara Virginie Courtin-Clarins.
En el 2020 Clarins logró la neutralidad del carbono, por lo que para el 2025 se propone dar un nuevo paso comprometiéndose a que sus embalajes sean completamente reciclables gracias a un aprovisionamiento 100% sostenible, el 80% de los extractos procedentes de plantas bio, una optimización de la trazabilidad y un refuerzo de los programas de comercio justo. Además, también piensan alcanzar la neutralidad en el plástico y, para el 2023, la obtención del certificado B Corp.
Para Clarins belleza significa generosidad, bienestar y confianza en uno mismo y es lo que pretenden comunicar a sus clientes, pero, además, ahora tratan de aportar una ambición por el bienestar del planeta para las futuras generaciones. Reconocen que no se trata únicamente de corregir o reducir los daños causados por la sociedad, sino que también se debe actuar con determinación.