Bettina Gallego cuenta con más de catorce años de experiencia en el sector financiero como gestora de fondos de inversión en Madrid y Londres.
Paralelamente se formó en programación neurolingüística y coaching personal en la NLP Academy en Londres con John Grinder, Tony Robbins y Landmark Forum. Además, es profesora de yoga y meditación de la escuela Sivananda Vedanta e imparte talleres de mindfulness en ESADE.
¿En qué momento decidiste cambiar tu vida en la banca para dedicarte a ser coach y conferenciante?
Durante una conferencia en la Bolsa de Barcelona que me tocó impartir sobre macroeconomía y recomendaciones de inversiones, algo en mi interior hizo clic. En ese instante me planteé que un día quería encontrarme delante de todos estos directivos contándoles otra cosa, algo que realmente les valiera para sus vidas y estar mejor en su día a día. Decidí pedir una excedencia y me lancé de lleno a descubrir mi verdadero propósito.
Después de muchos cursos de coaching, viajes, práctica de yoga y meditación, cultivar nuevos hábitos, desarrollar mi intuición y dejarme guiar por las coincidencias, estar en paz conmigo mismo y sentirme preparada, el propósito me encontró. Describí el impacto que quería tener en el mundo uniendo mis habilidades y pasiones, y confié.
¿Cuándo y por qué decidiste escribir el libro “Éxito con sentido”?
Todo comenzó hace unos diez años mientras estaba realizando el Camino de Santiago. Empecé a anotar reflexiones sobre la vida en un diario. Después durante mis viajes a la India y a lugares inspiradores no podía parar de narrar lo que veía y sentía, era como si me estuvieran dictando. Además, me inspiró la historia de Elizabeth Gilbert contada en su autobiografía “Come, Reza, Ama”. Decidí escribir el libro porque durante mi proceso de cambio he podido indagar y aprender mucho lo cual podría servir a otros. No sería aceptable no compartirlo con los demás.
¿Cuál es el sentido que tú le ves al éxito?
Siempre me ha parecido que la palabra “éxito”, a parte de encontrarla en todas partes, está sobrevalorada, casi es como si rigiera nuestra existencia y dictara cómo debemos de percibir a los demás. Por ello merece la pena analizar el fenómeno del éxito «con origen en el término latino exitus (“salida”), refiriéndose a la consecuencia acertada de una acción» en algo más de profundidad.
Tanto el título como el contenido del libro corresponden justo a nuestro proceso evolutivo a través de las posibles variables que podrían definir el éxito: estabilidad, libertad o equilibrio profesional/familiar/personal, aprendizaje o desarrollo, contribución. Lo fascinante es que hay miles de maneras de definirlo, para cada uno cobrará un significado distinto y sentirá haberlo alcanzado dependiendo de sus prioridades.
Pero lo que está claro es que cuando dotas de sentido al éxito, este se vuelve «consentido». No lo consigues por ir tras ello, te lo conceden, porque lo que haces contribuye y sirve a los demás. Solo así se vuelve verdadero y duradero. Es el sentido, el propósito o la misión, lo que aporta valor al éxito y, gracias al éxito, ese propósito se hace realidad.
He leído que hablas de un objetivo: unir el mundo empresarial con el espiritual sin renunciar a ninguno de los dos. ¿Crees que es más difícil este tipo de conciliación siendo mujer?
Creo que depende de la persona y de lo que busca en su vida, cómo decide aprovechar su tiempo libre. Siendo mujer normalmente se tienen más frentes abiertos, pero supongo que habrá que intentar organizar a los demás, enseñarles si no saben y delegar, reclamar tiempo personal y tomarlo. Pienso que la calidad que le dedicamos a otros es más importante que la cantidad.
En mi caso, primero me imbuí en el sector financiero para luego adentrarme de lleno en el yoga, hasta que logré unir los dos, trayendo al mundo empresarial conocimientos y experiencias ancestrales que alivian y solucionan problemas muy actuales. Esa concordia entre lo profesional y lo personal, lo intelectual y lo emocional, lo material y lo espiritual, entre lo urbano y lo rural, lo civilizado y lo salvaje dentro de nosotros… sin tener que renunciar a ninguno de los dos o a llevar una vida socialmente activa y a la vez introspectiva.
La frase que lo resumiría sería: «En medio de la vorágine hallarte en tu centro». Hallar ese equilibrio depende de cada uno. En mi caso particular, gracias a la tecnología, ahora puedo pasar mucho más tiempo en las montañas en Cantabria, y a la vez estar conectada con el mundo corporativo a través de cursos y conferencias online.
¿A quién y con qué fin va dirigido este libro?
A todo tipo de lectores, personas que están algo perdidas o desmotivadas, a las que lo que hacen o en lo que trabajan ya no les satisface (como me pasó a mi), pero aún no han encontrado el siguiente reto. Aquellas que están en una etapa de transición, incertidumbre, cambios o reflexión buscando respuestas.
Ese sería el primer paso, observarnos, darnos cuenta de que falta algo, de sentirnos inquietos por dentro, aunque aparentemente tengamos todo. Personas con afán de superación, mejora continua, a las cuales les gustaría salir de su zona de confort, habiendo decidido crear nuevos hábitos para hallar su misión o propósito.
¿Has notado ciertas dificultades a la hora de vender tu libro por el simple hecho de ser mujer?
Pienso que no, o si las ha habido o hay no me he percatado.
Si tuvieras que vender tu libro en pocas palabras. ¿Cuáles elegirías?
Se trata de una aventura de transformación que te insta a reflexionar sobre tu vida, inspira en tu propio proceso y te guía en los cambios necesarios para lograr tu propósito.
En tu libro hablas del éxito ¿Puede una mujer alcanzar el éxito de la misma manera que un hombre?
En principio en nuestra sociedad debería de ser así, el éxito debería corresponder a la meritocracia. La realidad es más compleja, y a la mujer le es más difícil obtenerlo, depende también del sector, de la industria, y luego de las ambiciones de cada persona y el equilibrio profesional, familiar y personal que quieran lograr.
En el caso del sector financiero, al menos cuando yo trabajaba ahí, había mucha diferencia entre la representación masculina y femenina, y tanto del éxito a nivel económico como de rango alcanzado. Sería interesante analizar otros modelos donde al hombre se le da la posibilidad de pedir largas excedencias para cuidar a los hijos, mientras la mujer se reincorpora al mercado laboral.
¿Crees que 8M tras 8M vamos alcanzando el éxito hacia el feminismo que quiere ser alcanzado?
A mi me gustaría creer que sí, espero que con más conciencia todo se alcanzará. Aunque en gran parte del mundo aún hay mucha lucha por delante antes de llegar a una igualdad real.