Artsi Ifrah fundador de Maison Artc
El diseñador autodidacta, ardiente defensor de sus orígenes familiares, se muestra tajante con la deriva que la moda debe tomar porque, como explica, “el cambio climático es más rápido que nosotros”. Él defiende otra clase de diseño, de piezas únicas, multiculturales y preocupadas por el medio ambiente. Todas ellas cuidadosamente creadas en su atelier de la calle Mohamed El Beqal de Gueliz (Marrakech) a la que solo se puede acceder con cita previa.
Fue bailarín de ballet durante 20 años, ¿cuándo nació su vocación por el diseño de moda?
Creo que siempre estuvo ahí, es parte de la evolución de mi proceso creativo. Al principio era bailarín, pero cuando bailaba me inspiraba el movimiento; la creatividad es sabia y siempre estuvo ahí.
¿Qué le llevó a fundar la empresa poco después de llegar a Marruecos desde su Israel natal?
Siempre me he sentido diseñador pero no sabía cómo entrar en el negocio porque nunca estudié moda. También es cierto que llamarse diseñador de moda conlleva mucha responsabilidad, así que no siempre estuve seguro de poder tener mi propia voz. Cuando llegué a Marruecos comprendí que mi creatividad venía de mi ADN porque mis padres son de allí. Me llevó un tiempo entender cuál era mi lenguaje y qué quería mostrar. Cuando me di cuenta de que mi cultura tenía mucha influencia marroquí, empecé a jugar con ella.
¿Por qué siente que su herencia es marroquí si ha vivido tantos años por todo el mundo?
Porque tiene una historia extraordinaria, y parte de mi trabajo es la cultura. Por supuesto, Israel es un país hermoso, pero no tiene mucha historia. La cultura, por definición, debe tener una larga historia para poder desarrollarse. Me di cuenta de que quería traducir esta cultura en mi propia voz. Siempre me he sentido marroquí.
¿Fue por la forma en que se crió?
Me crié en un hogar completamente marroquí. Aunque mis padres se fueron a Israel en los años 60, toda mi cultura es marroquí.
Entrevista : Marta Martínez.
Fotografías : cortesía de Artsi Ifrah