La historiadora Andrea D. Morales publica “La dama de la judería”

Andrea D. Morales nació en Sevilla en el año 1995. Estudió Historia en la Universidad de Sevilla, donde se especializó en la Edad Media y, en concreto, en Historia de género en al-Ándalus. En la actualidad, Andrea D. Morales. es profesora de documentación histórica en la academia de Literatura juvenil para Escritores.
“La última sultana” fue la  primera novela histórica de Andrea D. Morales  y con ella, se convirtió en una de las voces más prometedoras del género en España. Ahora vuelve a las librerías con “La dama de la judería”.

En la “La dama de la judería”  Andrea D. Morales cuenta la leyenda más famosa e
intrigante de Sevilla: la de la bella Susona. En la obra se habla de un amor imposible y una traición imperdonable. Una época de misterios y conspiraciones. Una novela con alma de clásico. Desde finales del siglo XV, una leyenda impregna las calles de Sevilla.

Cada noche, la bella Susona, hija de un famoso converso de la judería del barrio Santa Cruz, acude al encuentro de un caballero cristiano de noble linaje que se llama Nuño de Guzmán. Él no debe enamorarse, ya que su objetivo es descubrir si los rumores son ciertos: se dice que Susona y su familia judaízan en secreto.

Sin embargo, bajo el rocío de las flores de azahar, se convierten en amantes furtivos. Cuando Susona descubre que una conspiración que se forja entre las paredes de su hogar podría dañar a su amado, se verá obligada a escoger: la fidelidad a su pueblo, a su padre y a su familia, o el amor que le guarda a su amado Nuño de Guzmán. Para salvar a unos deberá condenar a los otros.

La historia de Susona, llena de amor, traición y muerte, acabará tornándose en leyenda. Tras su primera obra, la última sultana, Andrea D. Morales se proclama como una de las voces más prometedoras del género de la novela histórica y traslada a todos sus lectores a una época de odio, miedo y conspiraciones entre judíos y cristianos y demuestra al público que, hasta en los momentos más oscuros de la humanidad, puede florecer la pasión.