Alireza Razavi: “Los buenos espacios son los que envejecen con elegancia”
Al frente de un estudio internacional con sede tres ciudades (y dos continentes), Alireza Razavi cree que los espacios necesitan significado e intenta dárselo a través de un trabajo que se basa en el manejo sensible y experto de la materialidad.
Por Pilar Gómez Rodríguez
De la ingeniería a la cultura arquitectónica, pasando por una refinada, cosmopolita y, en no pocas ocasiones, sorprendente sensibilidad artística. Todos esos ingredientes se funden en los proyectos que firma el estudio Razavi Architecture. Con sedes en París, Nueva York y Londres, su cartera de obras incluye proyectos residenciales, corporativos, hoteleros, cívicos, de transporte, museísticos, de uso mixto… Al frente, Alireza Razavi, un arquitecto con formación y vocación tan internacionales como su propia oficina e interesado, por encima de todo, en la materialidad de las cosas: cómo se ensamblan, cómo se utilizan, cómo envejecen, los sentimientos que son capaces de inspirar… “Nuestra reputación se basa en nuestra capacidad para traducir necesidades físicas, aspiraciones y limitaciones presupuestarias en diseños y espacios memorables, porque creemos que una experiencia duradera es la medida de la excelencia”. De su experiencia, de alguno de sus proyectos en particular y de su forma de entender la arquitectura y el diseño en general hablamos con Alireza Razavi.
Abrió su estudio en 2008, pero ¿desde cuándo o cómo supo que se dedicaría profesionalmente a la arquitectura y al diseño?
Elegí la arquitectura porque parecía encajar perfectamente con mis propias inclinaciones tanto por el arte como por la ciencia. La arquitectura no es ninguna de las dos cosas, pero las une, necesita de ambas: sin intuición no conectaría con la gente y sin técnica no pasaría la prueba del tiempo. Al completar mi formación bajo la dirección de diferentes arquitectos e ingenieros (Agrest & Gandelsonas, Peter Eisenman, Shigeru Ban, François de Menil, FTL Happold), mi comprensión del impacto colectivo de la arquitectura adquirió la misma importancia y alimentó mi pasión y mi vocación por la profesión.
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