Thais Villas, feminismo y humor

No es necesario presentar a Thais Villas, uno de los nombres que suenan fuerte en el espacio de la comunicación televisiva. La colaboradora habitual del programa de La Sexta El Intermedio ha trabajado como redactora, productora y presentadora en diversos medios. En 2019 tuvo la oportunidad de presentar Las que faltaban, un nuevo programa de movistar en #0 (finalmente cancelado), donde el principal propósito era reivindicar el feminismo, siendo éste y el humor sus claves.

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Las Que Faltaban

Fuiste una de las ocho mujeres de ‘Las que faltaban’, la apuesta por el humor feminista de #0, en Movistar+. El título lo dice todo, ¿en qué medida faltáis? 

En toda, porque el programa fue cancelado. Ni estamos ni se nos espera. Es una pena porque era un programa de humor escrito y puesto en solfa por mujeres. Mujeres hablando de cosas de mujeres, algo que no es muy común en la comedia porque casi todo lo que pasa se explica desde la óptica masculina.

Conclusión: lo intentamos, no les interesó y no funcionó como esperaban. ¿Quizá fue una apuesta demasiado arriesgada ver a tanta mujer hablando de lo suyo?

En un programa de El Intermedio saliste a la calle a poner a prueba a los españoles con el ‘machistómetro’. ¿Cómo desarrolló esta idea del barómetro el equipo? ¿Tuviste tú algo que ver con estas entrevistas que ponen en evidencia que la gente no es tan feminista como cree?

Tengo que puntualizar que esos videos los empezó a hacer mi hermano Santi, porque yo estaba disfrutando de un maravilloso posparto. Cuando me reincorporé, hice yo también videos de “el machistómetro” y las respuestas que los hombres me daban a mi eran muy diferentes a las que le daban a mi hermano. Es decir, cuando una mujer le pregunta a un hombre si es machista, la respuesta siempre es un “noooooo” que maquilla la realidad. En cambio, si lo pregunta un hombre, se sinceran más y reconocen lo que hay.

Mencionas en diversas ocasiones que hace falta complicidad entre nosotras, que debemos ayudarnos y dejarnos de contradicciones. Lo que se designa ahora como Sororidad. ¿Qué opinas del término? ¿Hemos avanzado algo en lo que representa?

La sororidad es el compañerismo de toda la vida. Te diría que esto de la sororidad es bueno que se de entre mujeres, pero lo óptimo sería que también los hombres practicaran la sororidad con nosotras. Que fueran compañeros y aliados en nuestras luchas. Así empezaríamos a cambiar cosas realmente.

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Las Que Faltaban

Finalmente no va a haber manifestaciones el 8M, ¿se nos está privando de privilegios o es una elección acertada (además de complicada)?

Aquí tengo que puntualizar. En Barcelona, por ejemplo, se han autorizado las manifestaciones del 8M con la condición de que sean estáticas. Es decir, que en todo momento se respete la distancia de seguridad entre los manifestantes. Es decir, serán concentraciones. Hay que seguir haciendo ruido.

Eres una referente para muchas mujeres que te siguen, ¿te afecta de algún modo?

Pues no sabía yo eso

¿Tienes algún recuerdo de tu época escolar en las que recibiste un trato diferente por ser mujer?

No en el colegio, pero sí en el trabajo y también en casa. Yo tengo un hermano mayor al que se le permitían ciertas cosas que a mi no. Pero, con la edad, me hice mi hueco a base de dar muchos disgustos. A mi abuela sobretodo, que no entendía por qué me negaba a hacerles la cama a mi hermano. Yo siempre le contestaba lo mismo: “Abuela, mi hermano no es manco”.

¿Cómo pueden las mujeres mediáticas ayudar en el movimiento?

Las mujeres mediáticas podríamos ayudar a que la sociedad se tomara más en serio nuestra lucha, si en las redes sociales dejáramos de cosificarnos continuamente.

¿Dirías que aun existe un clima desigual en tu profesión?

Por supuesto que sí. Sólo tienes que contar los programas de televisión presentados por hombres. Golean a los que tienen una mujer al frente.

Últimamente está de moda forzar la máquina para colocar a mujeres en los programas. Aunque en la mayoría de casos, los primeros nombres que aparecen en todas las listas siempre son de hombres. 

El siguiente paso es revertir otra plaga: la de los despachos donde se deciden las cosas, donde los hombres siguen siendo mayoría.