Studio Frankenberg: “En realidad solo hay una regla: ser fiel a uno mismo”.
“El período que atravesamos durante la pandemia me lo dejó claro: si no ahora, ¿cuándo? Y si soy sincera, es la mejor decisión que podía haber tomado”
Alexandra V. Frankenberg, licenciada en diseño y moda, ha tocado muchos de los palos del sector; desde el diseño artístico y de vestuario, a la ilustración editorial, pasando por su labor como conferenciante en la Escuela internacional de moda EDMOS y la creación de su propia compañía de moda, AMSEL. Dispuesta a convertir cualquier obstáculo en una oportunidad, Frankenberg aprovechó la pandemia para fundar su propio estudio de diseño, Studio Frankenberg, que apuesta por poner la creatividad al servicio del cliente.
¿Cómo empezó tu interés por el diseño?
Todo lo creativo me ha atraído y acompañado desde que era pequeña; desde el dibujo, las manualidades, coser ropa para mis Barbies y el diseño interior de mis casitas de muñecas. Que la moda fuera lo primero que me encontró y que luego siguiera con diseño interior como segundo paso era casi una conclusión lógica; para mí, ambos están conectados. La moda es el espacio personal, muy directo, mientras que el diseño interior es el espacio que compartes con otros. El proceso de diseño es uno muy intuitivo para mí y probablemente desde que estaba en la cuna sabía que debía dedicarme a algo así. Pero que funcionase y pueda trabajar en sectores como estos me hace muy feliz. ¡El diseño o el proceso creativo asociado a él me aporta un hogar emocional!
Has trabajado durante un tiempo como diseñadora artística y de vestuario, ¿qué has aprendido de esa experiencia?
Cuando empecé a trabajar como diseñadora de arte y de vestuario, tuve la oportunidad de aprender por primera vez lo que significa leer las ideas de otra persona y después tener que implementarlas en mi trabajo a mi manera. Cuando hablamos de diseño y creatividad, en realidad no hay reglas, así que era un proceso aún más emocionante y reflexivo el ser creativo en nombre de alguien más, osea, ser creativo. Trabajar con pautas. Lo que de verdad pude aprender y que todavía me acompaña hoy es leer entre líneas lo que el cliente dice, entender quiénes son, lo que quieren y reflejar eso lo mejor posible. Parecido a un terapeuta para las ideas creativas de otra persona.
¿Por qué te trasladaste al mundo editorial?
Después de mi trabajo como profesora en la Escuela de moda internacional ESMOD de Berlín, volví a mi pueblo en Munich y para ser sincera, en ese momento no sabía exactamente cómo continuar mi camino. No sabía si moda o diseño; estaba atravesando una fase de encuentro conmigo misma. Entonces tuve la oportunidad de trabajar para una reconocida revista de moda con poca anticipación y pensé que le daría una oportunidad. Fue breve pero una excursión crucial. Enseguida me di cuenta de que escribir sobre creatividad es muy diferente de trabajar creativamente. Después volví al dieño y empecé mi camino en ese mundo.
¿Cómo surgió Studio Frankenberg?
En los primeros años de diseño independiente, mi atención y pasión se centraron en la moda. Durante ese tiempo fundé mi compañía de moda AMSEL. Este tipo de cosas requieren de atención completa al principio. Después de consolidarla con éxito durante algunos años, y durante este tiempo siempre busqué pequeños proyectos sobre diseño interior, empezaba a sentir que dejaba de lado el diseño. Era el momento de fundar Studio Frankenberg. Puede sonar raro, pero sinceramente, Studio Frankenberg es casi un bebé fruto del Coronavirus. El período que atravesamos durante la pandemia me lo dejó claro: si no ahora, ¿cuándo? Y si soy sincera, es la mejor decisión que podía haber tomado.
Cuando recibes un encargo, ¿cómo se desarrolla el proceso?
El primer paso es sentarse con el cliente y averiguar qué deseos son los que verdaderamente quiere satisfacer. Nuestro trabajo es leer entre líneas y traducir sus necesidades a un concepto. Muchas veces nuestros clientes solo tienen una vaga idea de lo que quieren. A menudo creamos un primer concepto o moodboard con colores, materiales, etc. y solo abordamos las habitaciones individuales y sus elementos en un segundo paso. A partir de ese momento, los otros procesos casi siempre difieren y por eso resultan emocionantes y nuevos. Los sitios más grandes y el hecho de trabajar en colaboración con los distintos mercados siempre crea nuevos desafíos, tanto técnicos como personales. Al mismo tiempo, los diseños se añaden, se modifican o se eliminan durante el proyecto. Es importante para uno mismo y sobre todo para el cliente ser capaz de pensar libremente y no obcecarse completamente; eso mata la creatividad y perjudicará al resultado. Me encanta el trabajo interdisciplinar, lo que precisamente trae las ideas más innovadoras y por ende, resultados similares.
A la hora de intentar que el diseño encaje con el cliente, ¿qué tipo de dificultades te encuentras?
Antes en la entrevista mencioné esta pregunta de pasada. Cuando nos reunimos con el cliente por primera vez y tomamos nota de sus deseos y pensamientos, es nuestro trabajo usar nuestro conocimiento y nuestro sentido del estilo como base del proyecto pero sin forzar al cliente. Al final, el el cliente quien va a vivir o trabajar en esas habitaciones. Al respecto, me gusta mucho una cita del diseñador Jasper Morrison: “El diseño funciona mejor sin ego” Cuanto más trabajas siguiendo este consejo, menos dificultades debes sortear. Los momentos más duros, si los hay, tiene que ver con conseguir que el cliente confíe en nosotros al 100%. Por ejemplo, a la hora de decidir sobre colores atrevidos o fuertes contrastes. Atreverse con el color es en realidad uno de los asuntos más importantes. Pero lo mejor del color, que acaba convenciendo a nuestros clientes es que: “nada dura para siempre”.
En tu último diseño para un apartamento, Palm Springs, has apostado por los colores claros y pastel, atípicos en el diseño interior. ¿Hay alguna razón especial para ello?
Gracias a Dios vivimos en una época en que uno puede liberarse de las convenciones. Por supuesto que puedes amueblar en colores pastel, cada vez más se está convirtiendo en una tendencia. En 2016, India Mahdavi diseñó la “Gallery at Sketch” en Londres, toda en rosa y dorado, un paso importante para sacudir la imagen que se tiene acerca de ello como de plástico o de bebé. Cada vez hay más productos y compañías que se dedican a ello. Los colores rosa y azul claro en especial tienen una historia muy interesante y a menudo se etiquetan como colores infantiles o de niñas.
El rosa era originariamente el color de los descendientes varones de emepradores y reyes, mientras que el azul, el color de la madre de Dios, se mantuvo como color femenino hasta tiempo más modernos. Siempre me han fascinado los colores, sus orígenes y sus funciones emocionales. Además, son la herramienta más importante en diseño. Eso no significa que todo deba ser colorido, pero vivir sin color es como vivir sin amor, ambos son existenciales.
Lo que me fascina del mobiliario en colores pastel es la facilidad que la “versión clara” de los colores descubre la posibilidad de crear estilos completamente diferentes con la misma base. Ya sea con piezas de mediados de siglo, madera oscura o tonos naturales, o con un tema de “siete sombras de pastel” (una combinación de varios tonos pastel) el resultado siempre luce. Los tonos pastel se atribuyen a lo suave y lo armonioso y por eso son ideales a la hora de trabajar con partes extravagantes y eclécticas. La mayor inspiración ha sido efectivamente el director Wes Anderson, cuyos escenarios de película son únicos porque consiguen mezclar fantasía y realidad con increíble habilidad.
¿Qué proyectos tienes entre manos?
Mi portfolio, por supuesto, sigue creciendo, pero estoy muy contenta de que ya hayamos puesto varios proyectos en marcha, incluidos un chalé y dos apartamentos exclusivos en el corazón de Munich, además de un restaurante en Hamburgo que estamos rediseñando desde cero. El edificio en el que ha abierto es un monumento clasificado, lo que lo hace aún más desafiante. También una consulta pediátrica que ya está en su etapa final.
También trabajo como ilustradora y diseñadora de producto, lo que es divertido y genera variedad. Para MY THERESA, la mayor marca comerciante de ropa de lujo, he creado los escenarios y conceptos. Acabamos de recibir el encargo de diseñar una fábrica de cerámica. En cualquier caso, estamos muy agradecidos por lo rápido que se ha desarrollado todo y esperamos con ilusión todo lo que tenga que venir.
¿Podría darnos algún consejo de diseño para nuestro hogar?
En realidad solo hay una regla: ser fiel a uno mismo. No sigas ninguna tendencia; como en la moda, en el diseño interior, la autenticidad es la que define el estilo. Quizá la curiosidad sea también importante; arriesga de vez en cuando, vive apasionadamente. Eso crea confianza en uno mismo y aprendes lo que funciona y lo que no. Como en la vida real, si no te atreves, no ganas. Tu hogar es un lugar en que deberías sentirte a gusto y si algo no te gusta, prueba algo distinto y mira a ver lo que ocurre. ¡Merece la pena!
