Sha Wellness México: «La Perfecta Armonía»

El estado de Quintana Roo, península del Yucatán ha sido la ubicación elegida para seguir transmitiendo su concepto de bienestar y salud, por parte de Sha Wellness Clinic.

Fieles a su compromiso con el medio ambiente, y con la filosofía en la que todo tiene que estar a favor de conseguir que su método, con un enfoque de la salud en el que sé combinan diferentes aéreas, holísticas e integrales, sea lo más completo posible, el diseño del edificio que acoge Sha México, ha sido todo un desafío en el que no se deja nada al azar.

Un edificio inspirado en el genoma humano, fusionado perfectamente con la selva maya, respetando el entorno y poniendo verdadero esfuerzo en ser parte del mismo. El equipo de Sordo Madaleno, como arquitecto y Alejandro Escudero al frente del interiorismo han dado vida a todo el concepto. 

Por Ana Pérez

Es difícil imaginar el desarrollo de un proyecto de esta magnitud. ¿Cómo empezaron a gestar la idea? 

S.M La idea comenzó a gestarse a partir de una visión clara de crear un espacio de bienestar integral que combinara salud, lujo y sostenibilidad, inspirado en el concepto original de Sha en España, pero adaptado a las particularidades culturales y climáticas de la zona. 

Trabajamos estrechamente con un equipo multidisciplinario de arquitectos, expertos en sostenibilidad y especialistas en salud y wellness. Realizamos estudios de viabilidad, análisis ambientales y visitas al sitio para identificar el mejor emplazamiento que permitiera una conexión armónica entre la naturaleza y las instalaciones, y que ofreciera la privacidad y tranquilidad necesaria. 

Además, se llevaron a cabo talleres con el equipo de Sha para asegurarnos de que todos los componentes del proyecto —desde la arquitectura y el paisajismo hasta la selección de materiales y el diseño de interiores— estuvieran alineados con la filosofía de bienestar y sostenibilidad de la marca. 

A.E. Alfredo Bataller, Ceo, me invitó a conocer Sha Spain, después de ver mi trabajo en el Hotel Nizuc. Para mí era muy importante vivir de primera mano cómo huésped, para entender la visión de la familia Bataller. El proyecto tenía que fusionar el espíritu y expresar una visión de México más moderna. Un hogar lejos de tu hogar, un espacio donde los huéspedes pudieran sumergirse.