Rolex se pasea por el estrellato
La empresa de relojes suizos y el cine se entrelazan fuera de la gran pantalla para conmemorarla en el Academy Museum of Motion Pictures
El Academy Museum of Motion Pictures es el primero en el mundo que pone en valor al arte fotográfica como algo digno de estudiar por su impacto sociológico, cultural e incluso científico. Está en Los Ángeles, y Rolex es su mayor patrocinador, pues el mundo de los relojes y del cine mantienen una unión muy especial que se ha forjado a lo largo del tiempo, en especial con esta marca.
Símbolo de status, de elegancia y preocupación por la buena apariencia, los relojes se han visto mucho a lo largo de la historia del cine. Ya fuera James Bond infiltrándose en la base subterránea del Dr. No o Ben Affleck en Argo, siempre han demostrado su presencia de la forma más sencilla. Como señal de su gratitud, Rolex se preocupa por que el mundo del cine consiga su punto más álgido y en todo momento. Ya en 2017, la empresa suiza comenzó a colaborar con la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, convirtiéndose en el Reloj Exclusivo de la Escuela y uno de los sponsors de los Premios Oscar. Un año después se trataría de su presencia en los Governor Awards que finalmente han culminado con el museo. También es culpable de llevar al mismo Martin Scorsese a alguna de sus iniciativas de mentor para jóvenes artistas, así que la relación es recíproca.
El museo del cine
Con el propósito de hacer de este lugar algo emblemático para el cine, Renzo Piano, premio Pritzkler, se ha encargado de construir cada uno de los 4650 metros cuadrados de salas de exposición, teatros y auditorios. Mediante corredores, proyecciones, programas y colecciones, los visitantes descubrirán tanto el pasado como el avenir de un séptimo arte que está más vivo que nunca. Tanto es así que el museo también es anfitrión de premiers de películas de cartelera y de varios objetos memorables como los zapatos de Dorothy en El Mago de Oz o la cabeza del traje para interpretar al xenomorfo de Alien.
Desde el cine de acción de los 80 hasta el stop motion de Tim Burton, el museo constituye un nexo entre lo real y lo ficticio que simboliza todo el tiempo que ha pasado desde los albores de la proyección y aún hay que buscar un mejor objeto para medirlo que un reloj.
