Imaginar la naturaleza
En el centro de la imagen, como si de un etéreo reflejo se tratase, las flores emergen arropadas por un velo onírico. En realidad, forman parte de este mundo, pero, como explica su artífice, Mia Imaginae, “hay que saber verlo y hay que saber buscarlo”. También hay que saber captarlo. Ella lo hace saltándose su depuradísima técnica para absorber la energía envolvente a la naturaleza, aquella que acaba por magnetizar su obra.
Aunque Imaginae mantiene desde pequeña una gran inquietud por las artes clásicas, el verdadero origen de su proyecto fotográfico fue durante aquel verano que pasó trabajando en el Museo del Prado. Allí, recuerda, tuvo el privilegio de “respirar el ambiente y poder observar las obras incluso cuando estaba cerrado”. Los colores de Patinir, las luces de Claudio de Lorena, las formas vegetales de Blossfeldt… En esa misma sensibilidad emerge la serie ‘Imaginario de la Naturaleza’, un pequeño universo de imágenes de plantas y flores, retratadas tanto en su esplendor como en su decadencia.
¿De dónde procede el pseudónimo de Mia Imaginae?
En mi anterior página web usaba el nombre de María Moreno, pero quería buscar uno más especial y representativo. Encontré este combinando latín y esperanto, que significa mis imágenes, que son dos lenguas al margen de todo. El sonido y el significado me encajaban, además de que sonaba dulce. Mia Imaginae es incluso más especial que mi otro nombre porque este lo he escogido porque me identifica y es único. Es mi forma de ver el mundo, buscaba algo identificativo.