(Marta Alonso/Imanol Calderón)
Por Ana Dominguez-Siemens
El perfecto equilibrio entre tecnología y artesanía es lo que distingue el trabajo del dúo Mayice, el nombre tras el que se encuentran los arquitectos y diseñadores Marta Alonso e Imanol Calderón. Sus piezas tienen algo de magia, de tram-pantojo que engaña al ojo y le señala el intrigante camino de lo irreal.
El cristal parece que ha sido el mejor vehículo para expresar vuestras inquietudes. ¿Cuáles son las cualidades particulares de este material que os interesa especialmente?
El cristal es un material lleno de propiedades muy atractivas como transparencia, refracción, reflexión, el uso del color, su dureza y fragilidad, y se fabrica a partir de silicatos, principalmente sodio y potasio, óxido de silicio, y pequeños porcentajes de óxidos metálicos que le van a dar sus características finales, además se fabrica con fuego y no se sabe con certeza en qué momento de la historia y cómo se descubrió. Es un material muy importante para la arquitectura,
para dejar pasar la luz al interior, así como para transportar líquidos, para la medicina, para los laboratorios… Es el material que mejor funciona con la luz. Luz y cristal son materiales tan complejos que las posibilidades de mezcla son infinitas. Nuestro trabajo se basa en la observación de forma analógica combinada con tecnología para descubrir nuevas fuentes y formas de iluminar los espacios y los objetos.
Por último, las lámparas diseñadas para la marca LZF introducen la madera en el diseño, ¿qué retos supuso trabajar con este material tan diferente al que estabais acostumbrados?
Primero tuvimos que investigar sobre el material y su comportamiento ya que la madera que utiliza la marca es muy fina, flexible y rígida a la vez, depende de dónde se quiera deformar. La premisa de la marca fue la utilización del cristal y la combinación con la madera. Estudiamos su catálogo y nos dimos cuenta que utilizaba muchas formas orgánicas, nosotros quisimos hacer todo lo contrario, formas limpias donde el cristal fuese quien tuviera la forma. Siempre nos gusta en nuestro trabajo con el cristal trabajar con efectos lumínicos, por ejemplo con la lámpara horizontal Dune, hicimos una serie de hendiduras en el interior del vidrio donde se ve reflejado la luz, de esta manera se potencia esta forma y parece que esta auto-iluminado. El problema de trabajar con la madera y el cristal es que son materiales completamente opuestos, la madera tiene humedad y el cristal no. Al realizar los primeros prototipos todas las lámparas se empañaron y generaban condensación por el calor de la fuente de luz. Se solucionó creando unos secaderos para quitar la humedad de la madera y de esta manera pudimos encapsular la madera en el cristal.
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