El primer largometraje del director Luck Knowles estará disponible el próximo 23 de marzo en el Festival de Málaga. Libélulas, una historia llena de emoción, nos pasea por las vidas de las personas más marginales de la sociedad, presentándonos una realidad muy presente para algunos y no tan lejana como otros creen.
Alex y Cata: dos Libélulas al vuelo
Alex y Cata, amigas inseparables desde la infancia, pasan los años soñando con salir del extrarradio y se hacen la promesa de salir de la mano. Sin embargo los años pasan y sienten que el tiempo se les acaba. Un día a Alex y a su novio Jota se les presenta la oportunidad de mudarse a Málaga, pero Cata no entra en sus planes. Incapaz de darle la noticia, Alex evita el tema hasta que Cata se entera de la noticia por otras fuentes; pero los medios que usan Alex y su novio para poder irse del barrio les harán caer en una espiral de acontecimientos culminando en un desenlace trágico.
Libélulas: un discurso no hablado
La belleza de los parajes verdes que rodean el barrio contrasta con la vida que llevan sus habitantes. Sumidos en un torbellino de drogas, alcohol, ilegalidades y violencia, su única forma de evasión y supervivencia es también la cadena que no les deja moverse del lugar. Este contraste se repite a lo lago de toda la película: amistad y traición, amor y violencia, belleza y fealdad, esperanza y desconfianza. Incluso la delicadeza de la fotografía contrasta con crudeza del argumento presentandonos una historia tan compleja como la vida misma.
En su primer largometraje, Luck Knowles ha optado por mostrarnos la cara más sordida de la sociedad, la cara que muchos deciden ignorar para que resulte un poco más difícil hacerlo. Situando la historia en la actualidad, Libélulas nos hace aún más difícil mirar a otro lado y nos fuerza a enfrentarnos a “lo feo”.