La pasión por el cine. Entrevista a Paula Malia

La actriz Paula Malia acaba de estrenar la nueva comedia romántica Loco Por Ella, una comedia que se sale de lo normal en este género, trata las enfermedades mentales. Tras haber terminado de grabar la segunda temporada de la serie Valeria, su próximo proyecto es una obra de teatro, Sota la Neu, que estará en cartelera durante el mes de abril hasta principios de mayo en la en la Sala Beckett de Barcelona.

Paula Malia. Photo: Marina Castells
Photo: Marina Castells

Con motivo del día de la mujer, Paula Malia nos acerca a la situación de las actrices en la actualidad. Además de actriz, durante cuatro años se dedicó también a la música, conociendo cómo funciona la industria y el trato que se le dan a las mujeres jóvenes. Una situación que va evolucionando y que espera que siga yendo hacia delante para conseguir mayor igualdad.

Hace nada, el 26 de febrero se estrenó Loco Por Ella, la nueva película de Dani de la Orden en la que interpretas a Laura. ¿Qué nos puedes contar sobre este personaje?

Laura es la mejor amiga de Adri (Álvaro Cervantes), es un poco su escudera, la que le ayudará a llegar las pistas para encontrar a Carla (Susana Abaitua) tras la noche de locura y amor que vivieron.

¿Y sobre la película? ¿Por qué tenemos que verla?

La película manda un mensaje acertado y necesario sobre las enfermedades mentales. Muchas veces la sociedad intenta invisibilizar las enfermedades mentales, creo que tenemos que aprender a vivir con ellas, a normalizarlas, a no tenerles miedo, a quitar todos los prejuicios que hay. Ya no solo es una comedia romántica muy divertida con momentos locos, sino que, además, tiene un mensaje muy necesario.

Tenemos entendido que estudiaste arte dramático en la escuela Eòlia de Barcelona. ¿Cómo y cuándo te diste cuenta de que querías ser actriz?

Me di cuenta un poco tarde, durante mis estudios de bachillerato quería ser periodista. Hice la selectividad enfocada para sacar la nota para entrar en la universidad. Pero, a la vez, comencé a tomar clases de teatro porque me gustaba como extraescolar y, poco a poco, vi que podía llegar a convertirse en mi profesión.

Cuando tuve que empezar a ir a la universidad, me di cuenta de que la universidad no era lo mío, que quería ser actriz. Una vez me decidí, lo tuve ya muy claro, nunca más he vuelto a dudar de ello.

¿Quiénes son o han sido tus referentes a la hora de aprender a actuar?

Un montón de personas, por suerte hay muy buenos actores tanto en España como fuera, desde Carmen Machi, Rosa María Sardà, Carmen Maura, Barbara Lennie, hasta Meryl Streep, Nicole Kidman o Kate Winslet.

Photo: Marina Castells
Photo: Marina Castells

¿Cómo es entrar en el mundo de la actuación? ¿Es muy complicado?

Yo creo que hay que tomárselo con calma, porque es una profesión que es una carrera de fondo. Hay carreras que son meteóricas y hay otras que son más a fuego lento. Uno de los grandes aprendizajes de esta profesión es no compararse, a centrarse en lo que uno hace y a nutrirse del trabajo de otros. Es, además, una profesión con muchos altibajos, entonces hay que ser constante y trabajador, hay que picar mucha piedra y, así, poco a poco, las cosas salen.

¿Cómo haces para que las emociones de tus personajes no influyan en tus sentimientos reales? ¿Es sencillo o complicado separar la realidad de la ficción?

Depende del personaje y de lo mucho que te metas. Hay actores que se meten muchísimo en el papel, juegan más con los límites entre realidad y ficción. Yo, por un tema de salud mental, intento separar bastante, es decir, cuando estoy trabajando estoy metida cien por cien, pero cuando llego a casa intento distraerme, salir de esa energía, del rastro que puede dejar el personaje en el que estoy trabajando.

También te podemos ver en la serie de Netflix, Valeria, basada en los libros de Elísabet Benavent, caracterizando a Carmen. ¿Qué te ha aportado ese personaje?

Le tengo muchísimo cariño, el día que me tenga que despedir de Carmen creo que voy a llorar muchísimo. Es un personaje con el que me están pasando muchas cosas, para mí ha sido mi primera oportunidad grande en un sitio como Netflix, que es una plataforma que tiene mucha visibilidad. Además, he tenido la suerte de coincidir con las otras actrices de Valeria, somos amigas, familia, nos llevamos genial. Es un personaje muy tierno, tiene un corazón muy grande y, aparte, tiene mucha comedia, y a mí eso me gusta mucho, la verdad.

Y acabáis de terminar la grabación de la segunda temporada. ¿Cómo ha sigo grabar en tiempos de coronavirus?

La verdad que hemos tenido la suerte de no parar mucho, éramos conscientes de que si queríamos tirar la temporada hacia delante teníamos que ser muy responsables y ponernos lo mínimo en riesgo. Creo que solo tuvimos uno o dos casos en los cinco meses de rodaje. Al final es un poco extraño pero, a la vez tenemos la gran suerte de seguir trabajando, suerte que otros no tienen, así que me siento muy agradecida por eso.

Comenzaste tu andadura profesional en el programa de sketches deportivos Crakòvia. ¿Cómo ha cambiado Paula desde entonces hasta ahora en cuanto a su forma de actuar y de plantear los personajes?

Creo que, al final, me conozco más porque cuando creces vas madurando y vas viendo qué cosas te funcionan más o menos, te vas quitando inseguridades y tienes menos tonterías en la cabeza. Como actriz, cuanto más te conozcas mejor, porque al final tú eres el material con el que trabajas, yo trabajo con mis emociones, con mi cuerpo. Así que, cuanto más te conoces, más vas a poder aportar de ti mismo, vas dando pasos hacia adelante.

El día de la mujer es una fecha señalada en el calendario. ¿Cuál es la situación actual de las actrices españolas?

Creo que se está trabajando mucho y que se está avanzando hacia unos personajes más reales, hacia un retrato de la mujer más honesto que el que teníamos hace unos años. Sin embargo, creo que queda mucho trabajo por hacer. Me gustaría que hubiese más voces de mujeres, delante y detrás de las pantallas escribiendo, dirigiendo, llevando la parte técnica porque los hombres y las mujeres tenemos diferentes sensibilidades.

También va siendo hora de ver mujeres reales en la pantalla, que no sean la proyección de un hombre, sino que sea una mujer en toda su complejidad, la narrativa es otra. A veces, la visión de la mujer ha estado muy coartada por la mirada del hombre y, al final, por suerte se están construyendo personajes más redondos en torno a la mujer, ya no son un complemento del personaje masculino, sino que es ella en sí misma. Queda mucho recorrido por hacer, pero estamos yendo hacia allí.

No son pocas las actrices que comentan que, al llegar a cierta edad dejan de recibir ciertos papeles o, incluso, les llaman menos. ¿Consideras que eso está cambiando?

Hay pocas cosas que me parezcan más poderosas que una mujer de 50, 60 años que ya se conoce, que ya está de vuelta. De repente, no se enseñan y parece que una mujer con 50 años ya no interesa a nadie, ya no tiene nada que decir. Yo tengo 30 años, y quiero pensar que tendré muchas más cosas que decir en una edad más avanzada, tendré más experiencia, tendré más capas.

Como, por ejemplo, se representan personajes complejos masculinos de unos 50, 60, pero parece que con las mujeres no pasa lo mismo, y cuando ocurre parece la excepción. Me gustaría que eso sí que empezase a cambiar. Hay que empezar a visibilizar a una mujer segura de sí misma con 50 años, con sus debilidades, con sus grietas, con sus imperfecciones, y que existen, tienen un lugar y que no tienen que pedir perdón por estar allí.

Photo: Marina Castells
Photo: Marina Castells

Además de actriz, también tuviste un grupo de música, The Mamzelles. ¿Cómo surgió la idea de crear una banda?

Fue todo un poco atropellado. Estaba con Paula Ribó y Bárbara Mestanza, que las dos son actrices. Somo mejores amigas y estábamos estudiando interpretación juntas y las tres cantábamos. Hacíamos canciones para los de clase y, poco a poco, empezamos a hacer pequeños conciertos, nos presentamos a un concurso de maquetas de Cataluña y quedamos segundas. Entonces, una discográfica se interesó por nosotras y sacamos dos discos. El grupo está ahora mismo aparcado porque las tres estamos trabajando mucho como actrices, pero sí, surgió de la nada y a lo tonto hicimos muchos conciertos.

¿Qué diferencias ves en cuanto al trato de la mujer entre la industria del cine y de la música?

Al final siempre cuesta que te tomen en serio cuando eres mujer y joven en el mundo de la música. Hicimos muchos conciertos, muchos bolos y las tres dominábamos el nivel técnico, cómo queríamos que sonase todo, a veces costaba que te tomasen en serio, tenías la sensación de que si no fuese mujer ni joven me trataría distinto. A veces te tienes que reafirmar el triple, te ponen un poco en tela de duda.

¿Cuál es la lección que se te ha quedado más marcada y que sigues en tu día a día?

Buena pregunta. Yo creo que, para mí, una de las grandes lecciones para ser feliz en la vida es saber reírte de las cosas, reírte de ti mismo y de lo bueno y lo malo que te pasa, el humor te salva la vida en muchos momentos. Es muy sanador, todo se relativiza.

¿Algún futuro proyecto que puedas adelantarnos?

Estoy ensayando teatro en Barcelona, estrenamos en la Sala Beckett el 8 de abril y estamos un mes con una obra en catalán que se llama Sota la Neu, dirigida por Anna LLopart. Luego tengo otro proyecto, pero aún no puedo decir nada. A todo esto, estamos a la espera de que se anuncie el estreno de la segunda temporada de Valeria.

Si está leyendo esta entrevista una chica que quiera ser actriz, ¿qué consejo le darías?

Le diría que le guste, que sienta que el actuar le llena, porque es una profesión inconstante a veces, tienes que aprender a gestionar el «no». Pese a eso, para mí, es tan bonita, nuestra profesión es muy divertida, conoces a un montón de gente, te emocionas mucho, y si te gusta merece la pena.

También le diría que, si le gusta, que es el primer paso, que pruebe, que se apunte a clases de teatro, que escriba guiones, que genere material para descubrirse a sí misma porque, cuanto más te conoces en este trabajo, mejor.