El estudio de arquitectura Atelier SAD y la interiorista Iveta Zachariášová firman al alimón una casa que se aparta de las vistas y se sumerge, como un barco de montaña, en el mar de prados verdes del llamado Paraíso de Bohemia.
Por Pilar Gómez Rodríguez
Fotos: BoysPlayNice
“Si aquí las casas son verdes, entro aún en una casa”. Con ese verso iniciaba Ingeborg Bachmann uno de sus poemas más conocidos. Se titula Bohemia está junto al mar y esto, que solo es posible en la poesía, se hace un poco realidad en este proyecto que firman Adam Jirkal y Tomáš Kubák, del estudio checo Atelier SAD, y la interiorista Iveta Zachariášová. Se trata de una vivienda unifamiliar acristalada y de hormigón armado que desde el corazón de Bohemia, en Rašovka, en la cima del monte Ještěd, presenta una sorprendente fachada de corcho portugués. La innovadora elección —dicho material nunca se había utilizado de este modo en la República Checa hasta ahora— traza una línea imaginaria con el país bañado por el Atlántico, ya que Portugal es el primer productor de corcho del mundo.
Un mar de prados verdes
Pero hay más, la casa se sitúa a una altitud de 600 metros sobre el nivel del mar y en plena pendiente. Desde el mencionado monte se abre generosamente a los prados locales, que descienden creando un mar de tonos verdes abierto, transitable, a base de prados floridos y sin vallar. Las vistas y la integración de los espacios interiores en el paisaje fueron las líneas maestras que impulsaron el diseño de la casa.
Con una planta rectangular de aproximadamente 22,5 x 7 metros, la parte norte del contundente edificio conecta directamente con la carretera mediante una superficie plana de acceso rodado, destinado al aparcamiento de vehículos. Desde esta plataforma es posible entrar al nivel más elevado de la casa, que alberga el dormitorio principal y una galería, pero no es esta la entrada principal. Esta se encuentra abajo, en el lado oeste, tras haber descendido por una escalera exterior que discurre a lo largo de un muro de piedra cubierto de enredaderas. El paisajismo es obra del estudio Partero.
La planta baja y la zona principal del jardín se encuentran así 4,5 metros por debajo del nivel de la carretera. La privacidad es total, ya que desde esta vía lo único que se percibe es la parte superior del hastial, el triángulo que dibuja la marcada cubierta a dos aguas de la vivienda, resuelta con chapa de aluminio plegada de color antracita.
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