Directora de arte y fotógrafa de profesión, Johanna de Clisson, lanzó hace tan solo algunos meses su línea de exploración cerámica, Hiromi. En su taller situado en el 9e arrondissement de París, crea piezas escultóricas y objetos luminosos que surgen de la necesidad de volver a crear con las manos.
Tomando inspiración en los años 70, Johanna deja de lado el característico colorido de sus corrientes, para centrarse únicamente en la composición y sus volúmenes. Creando así, un universo monocromo de piezas modeladas para dialogar y relacionarse entre sí.
Siluetas brutalistas y voluptuosas de líneas amables, que ya han cautivado la atención de múltiples arquitectos y galeristas.
¿En qué momento decidiste pasar mas tiempo con las manos en la arcilla?
Hace 3 años empecé un curso de cerámica una tarde por semana, luego pasé a un día por semana y hasta ahora no he podido dejar de pensar en ello… mientras aprendía tuve la gran suerte de conocer un maestro que creyó en mi y me animó a empezar mi proprio camino.
¿Habrías pensado nunca dedicar tus jornadas a crear con tus manos?
Desde muy joven tomé clases de dibujo, cerámica y pintura. Posteriormente estudié en la Escuela de Arte Decorativa de Paris, y trabajé durante años como directora artística y fotógrafa. Actualmente creo que trabajar la arcilla me brinda una nueva perspectiva, así como la posibilidad de crear con total libertad.
¿Como ha cambiado esto tu día a día?
Digamos que mi estudio es ahora mi sala de juegos, dónde puedo imaginar y dibujar cualquier idea. Cuanto más tiempo paso en él mejor me siento, permitiéndome disfrutar de una increíble sensación de paz y serenidad.
Siguiendo un estilo de vida “slow”, me gusta el símil que se crea en mi proceso cerámico. Un proceso más bien lento, en el que todo necesita su tiempo… haciéndome analizar mis prioridades en todo momento.
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