Jan Cornet debuta como Director en su cortometraje: “Latitud”

Hablamos con el ganador del mejor actor revelación en los Premios Goya 2012, quién ha madurado a ser uno de los artistas más prometedores de la última década en España

La humildad es uno de los pilares que sostienen y alimentan el inmenso talento de Jan Cornet. Su genuinidad y ganas de crecer humanísticamente junto a su público a través del arte le convierte en un auténtico artista, de esos pocos que quedan con una verdadera entrega a su labor. Ahora ha dado un pequeño salto a la silla de Director con Latitud, un cortometraje que baila con la incertidumbre familiar, el miedo a la memoria, los conflictos del pasado y el regreso a casa. Cornet lideró la producción de Latitud junto con Jurek Jablonicky y este nuevo cortometraje será distribuido por Selected Films DistributionLatitud fue un trabajo en equipo que en las propias palabras del director catalán, «Quisimos contar una historia en conjunto, para que cada parte del equipo se nutriera. Como familia fuimos remando a favor de nuestro hijo, que metafóricamente en este caso es Latitud y su historia». 

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¿En qué momento decide Jan Cornet liderar un proyecto como Director, fue Latitud lo que comenzó este nuevo camino? 

Esto empezó hace tiempo… hace años. Rodando como actor siempre tuve la inquietud de saber lo que ocurría detrás de la cámara, siempre era en algo que me fijaba. Un actor cuando prepara un papel, de alguna manera también se convierte en el director de sus escenas. Un actor tiene que saber habitar la escena y ejecutarla. Desde que recuerde me interesa la dirección y la dirección de actores. El cine engloba no sólo la interpretación pero también la fotografía, la puesta en escena, la música y las diferentes imágenes… dirigir siempre me atrajo muchísimo  por mi amor a estos elementos. Antes de Latitud tenía otro cortometraje que se complicó debido a que era una producción más grande y entre eso y mi trabajo como actor no se pudo levantar. Pero mis ganas de dirigir seguían… y durante la pandemia se volvieron a despertar las ganas de escribir y dirigir un cortometraje, lo que me llevó hacia un proyecto que no dependía de una producción mayor o de inversión de externa o el tiempo ajeno. La pandemia me inspiró a escribir y dirigir esta historia debido a la experiencia tan poco conocida e incómoda que estábamos viviendo con nuestras familias. 

¿Qué tanto hay de Jan Cornet en Latitud, puede decir que es autobiográfica hasta cierto punto? 

Hay de mí pero al mismo tiempo no lo hay. El «germen» de la historia nació de una conversación que tuve con un amigo que estaba en una situación parecida a la del personaje en Latitud. Después de ir a cuidar de su padre a su ciudad ya que era paciente de riesgo, todo lo que estaba «al aire» terminó apareciendo. A nivel familiar, heridas sin resolver, choques de conflictos y este tipo de escenarios crecieron con intensidad durante la pandemia. Era como que todos estos asuntos se amplificaron para algunos. Y me pareció necesario e interesante contar esa historia, dramáticamente era muy prometedora. Pero al mismo tiempo te digo que es claro que es muy difícil que en una película, el actor o el director no sienta que tiene algo de él mismo en algún personaje o que ciertas partes de la historia no les pertenezca. Inevitablemente había cosas mías… estoy lejos de la casa de mis padres en Barcelona y es cierto que encontrarte con aquello que algún día fue tan intenso e importante puede impactar. De repente te separas emocionalmente de ese lugar, me parece muy interesante como los sitios paran de ser personales para ti de acuerdo vas creciendo. El pegamento a los lugares se pierde pero la melancolía de las memorias siguen ahí muchas veces. Pero autobiográfica no es la historia de Latitud, eso no lo es.

¿Encuentra alguna diferencia entre Jan Cornet el director y Jan Cornet el actor? 

Actuar lo considero más difícil, pero yo creo que lo que me permitió dirigir con tanta facilidad es el hecho que tuve más contacto con el equipo artístico y el equipo técnico del proyecto. Te sientes más involucrado y esa cercanía que se logra es una de las razones por las que me gustó tanto dirigir, una de las razones por la cual esta experiencia fue tan positiva. Al final, quisimos contar una historia en conjunto, para que cada parte del equipo se nutriera de cierta. Como equipo fuimos remando a favor de nuestro hijo, que metafóricamente en este caso es Latitud y su historia. Para responderte rápidamente, Jan Cornet se siente más parte del equipo y con más contacto siendo director. 

Personalmente, ¿hay algún mensaje en concreto que desea que el público reciba de Latitud? 

Mi intención cuando escribí y rodé Latitud no era encerrar la historia como una lección moralista. Me parecía más interesante plasmar una situación diferente entre todos los personajes mientras al mismo tiempo no se pintaba a ninguno como el bueno o el malo. Cada uno tiene sus razones para ser como es y mi intención fue naturalizar estos comportamientos. Somos tan complejos que no es así nomás que se le puede dar una lección al público general. Sí que es verdad que me apetecía lanzar una pregunta sin buscar ninguna respuesta, sin querer darla, pero quería indagar en esa necesidad que tenemos los seres humanos para relacionarnos como los animales sociales que somos. La tendencia del ser humano es reconciliarse todo el rato y me pareció bonito lanzar una pregunta enlazada a una relación tan particular entre un padre y un hijo. Me parece más interesante dejarle el espacio al espectador para que su imaginación vuele hacia cualquier lado. 

¿Haber trabajado anteriormente con gigantes como Almodóvar lo ayudó a la hora de dirigir su propio equipo? 

Al comenzar, en ese momento puede ser que todos esos directores con los que tuve la suerte de trabajar tuvieron cierta influencia en mí, de alguna manera, pero la verdad pienso que no influyeron al final. Si es cierto que también tuve mucha suerte con el equipo artístico de Latitud debido al flujo natural que tuvimos todos los miembros del equipo. Para ser un principiante detrás de la cámara la verdad que me sentí completo, liderando al equipo no me sentía nada perdido. Mi experiencia y cercanía con el cine siendo actor me ayudó a entenderme mejor con el equipo, pero al encargarme de la dirección logré una mayor cercanía que me ayudó sin duda, aparte que mi experiencia como actor no me hizo sentir nuevo. Al ser actor uno sabe más de lo que cree a la hora que se pone a dirigir un proyecto. A pesar de no haber estado antes detrás de una cámara, técnicamente sabía hacer funcionar una escena. 

¿Enfrentó algún obstáculo específico a la hora de liderar y co-producir este proyecto?  

Es verdad que Latitud fue rodado de una manera precipitada y con muy poco tiempo de pre-producción. Pero al ser mi primer trabajo como director, toda mi energía y concentración se fue hacia resolver e intentar contar lo que tenía en la cabeza y creo que lo hemos hecho bien. En nuestro cortometraje todo fluyó muy fácil pero sí es verdad que si lo tuviera que hacer lo hubiera hecho con más tiempo. Me rodeé de actores en los cuales confío mucho… tanto Mariano Venancio como Pepe Lorente. Pepe, el personaje de José, es de mis mejores amigos. Me he formado con él, creo mucho en él, entonces en ese sentido te repito que mi relación con el equipo me ayudó mucho. 

Seleccionado para el Festival de Cerdanya,  Mención Especial del jurado en el Festival de Menorca, Seleccionado para El Festival de Navarra, Seleccionado para la XIV Edición del Festival Internacional de Cine Bajo La Luna, Seleccionado para el Festival de la Rioja y un estreno oficial en el Festival de Medina del Campo… ¿Era la recepción que esperabas para tu primer proyecto como Director?  

La verdad que no. Si te soy sincero te voy a decir que no. Yo rodé este corto por gusto de dirigir, para ver si era capaz de plasmar la historia que tenía en mi cabeza. Quería que la historia y mi corto llegase a un público y así está siendo. Todo esto de los festivales es un extra que yo estoy eternamente agradecido pero intento no montarme en ese carro de los premios, aunque sea algo inevitable. Trato de recordarme siempre del «por qué» lo hice y creo que ese «por qué» ya está rellenado. El hecho de haber podido realizar mi primer corto ya me hace muy contento y orgulloso. Todo lo que venga en forma de premios a raíz de mis proyectos me hace feliz pero no lo espero. 

¿Entonces podemos contar con que seguirá su camino actuando al igual que dirigiendo? 

Eso espero, es la idea. Me gusta mucho actuar, me la paso muy bien, es mi forma de vida. Pero también he visto un gran interés y amor casi igual para dirigir. La idea es seguir intentando hacer más proyectos y justo ahora con un compañero estamos escribiendo un largometraje. Pero bueno, la idea es poco a poco lograr compaginar mi actuación y la dirección… ver hacia donde me lleva esta nueva aventura. 

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