
Bajo la sombra del cocotero, un murmullo se escucha en la lejanía. Los lémures abandonan sus tareas para escalar por unos árboles que se apartan para dejar pasar a los elefantes y las jirafas que atraviesan la densa flora de las praderas que suelen habitar. Y a pesar de lo impactante de su tamaño, su presencia genera una armonía de colores apagados que desprenden una cantidad de vida tan mística y antinatural.
Tan árida y tan florida, tan tranquila y tan salvaje en una simbiosis que solo puede pertenecer a un lugar al que te transportas por un túnel de manchas de guepardo para mecerte livianamente sobre el florido lecho guardado por escarabajos y langostas antes de encontrarte en tu aposento. Y de pronto, el sol se muestra pálido, las hojas rojizas, las palmeras grises y los se mecen de las flores que conducen hacia la corte real custodiada por decenas de órix y rinocerontes que te llevarán a una cegadora luz. El origen de nuestra consciencia. Es África. Es Jabula.
Artífices de la naturaleza
La marca de telas Pepe Peñalver nos muestra la nueva colección de papel pintado de Cole & Son, Jabula, con el fin de celebrar la fauna y la flora africana venida de las zonas costeras, montañosas y llanuras de Kwazulu-Natal en Sudáfrica, una tierra rica tan rica como su naturaleza, para proporcionar un toque exótico a nuestro hogar, una sensación de inmersión en mitad de la sabana africana o quizá una de sus junglas.

En papel no tejido o tejido natural como el yute o la seda, alejado de las formas geométricas complicadas de Ethnic Geometric, Pepe Peñalver nos aborda con una muestra de la majestuosidad de la naturaleza africana en todo su esplendor, una bendición sin necesidad de palabras e incluso un refugio ante las miradas indiscretas.