Texto por: Carmen Cocina
A principios de los años 80, Yves Saint Laurent se convirtió en el primer diseñador de moda en protagonizar una gran retrospectiva en un museo: el Metropolitan de Nueva York. Cuarenta años y una fundación después, su legado vuelve al circuito oficial de la divulgación artística con «Yves Saint Laurent Aux Musées», que lo llevará a media docena de museos parisinos. Aurélie Samuel, directora de la Fundación Pierre Bergé – Yves Saint Laurent y comisaria asociada del proyecto, desentraña el estrecho vínculo del creador más exquisito de la Rive Gauche con las vanguardias del siglo XX. Desde su despacho en la Fundación Pierre Bergé – Yves Saint Laurent, Aurélie Samuel se deshace en disculpas. El reloj está quince minutos por delante de la hora de nuestra cita por Zoom y hay un buen motivo para ello: acaba de salir de su reunión con el director del Pompidou, uno de los seis museos parisinos que acogerán la obra del diseñador parisino desde finales de enero (junto con el Louvre, el Musée d’Orsay, el Museo de Arte Moderno, el Musée National Picasso-París y el Musée Saint Laurent Paris, hijo natural de la Fundación y en el que Samuel ostenta los cargos de directora de exposiciones y conservadora de patrimonio). Cuando entramos en materia y arranca a hablar sobre el diseñador al que ha consagrado su carrera, ni siquiera un parte de guerra lograría atemperar un entusiasmo sólo equiparable a su exhaustivo conocimiento de la vida y obra de quien constituye, desde hace un lustro, el centro neurálgico de su trabajo. Tan ambiciosa con el alcance y envergadura de su labor divulgativa como honesta en el reconocimiento de los logros propios y ajenos (subraya que la exposición a seis bandas que copará los principales museos de París a partir del 27 de enero no es iniciativa suya, sino de un colega), Aurélie Samuel puede presumir de tener un discurso tan cavilado como estimulante. A continuación, todo lo que quiso saber sobre Yves Saint Laurent pero nunca tuvo ocasión de preguntar.
¿Por qué decidió involucrarse en la Fundación Pierre
Bergé – Yves Saint Laurent? ¿Qué es lo que más le atrae de la obra del diseñador?
La obra de Saint Laurent tiene una relación muy estrecha con el arte, y la fundación lo ha tenido presente desde sus inicios. Prueba de ello es que en 2002, cuando Pierre Bergé decidió transformar la casa de moda en una fundación, la exposición inaugural se tituló «Yves Saint Laurent: Diálogo con el arte». Saint Laurent era un gran admirador de la pintura, la escultura y las artes decorativas; de hecho, Pierre Bergé y él atesoraron una vasta colección de arte. Todas esas obras maestras le acompañaban en su día a día y fueron una gran fuente de inspiración desde que creó su propia firma en 1961. Siempre fue muy innovador. Retrotrayéndonos a esos primeros años, cuando estaba trabajando en la colección para la primavera-verano de 1965 su madre le regaló un libro sobre Piet Mondrian. Para él fue una revelación: fue directo a su estudio y dibujó su famoso vestido Mondrian, que tuvo un impacto enorme en la escena de la moda a nivel mundial. La idea no era, en absoluto, trasladar un cuadro a un vestido. Varios diseñadores habían colaborado ya con artistas; por ejemplo, Elsa Schiaparelli, que trabajó codo con codo con Dalí y otros surrealistas.
Pero lo que hizo Yves Saint Laurent no fue inspirarse en Mondrian para crear un vestido, sino transformar un cuadro de dos dimensiones en un objeto de tres. La idea era llevar el cuadro puesto, darle vida, bajarlo a la calle. Se trataba de la continuación más coherente de De Stijl, el movimiento iniciado por Mondrian, en el que las artes se convierten en algo universal y, sobre todo, en algo vivo. En ese sentido, Saint Laurent prolongaba su obra. Ese vestido cambió para siempre la relación entre la moda y el arte. Bernard Blistène, actual director del Museo De Arte Moderno del Centro Pompidou (uno de los seis museos parisinos que acogerán la obra del diseñador en el marco del proyecto Yves Saint Laurent Aux Paris Musées) lo ha calificado recientemente de «manifiesto». Por fin, el arte y la moda se habían encontrado.
¿Cómo se plasmó este interés por el arte en las creaciones de Saint Laurent? ¿Cuáles fueron sus principales fuentes de inspiración?
Para empezar, su nutrida biblioteca: tenía muchísimos libros, tanto en su casa como en el estudio, que ahora forman parte de la Fundación en una biblioteca propia. Solía marcar en sus libros las obras que le impactaban especialmente, escribía notas en ellos, les ponía pósits… Todos estos gestos permiten ubicar con exactitud sus referencias. Por otro lado, YSL gozaba de una profunda cultura artística y, como coleccionistas, Pierre Bergé y él adquirieron obras de maestros como Picasso, Mondrian (cuyo cuadro fue adquirido bastante más tarde de que diseñara el famoso vestido), Matisse, Braque… Prácticamente todos los artistas han inspirado su trabajo, excepto Van Gogh, que también fue el punto de partida de la famosa blazer «Girasoles», con la que el creador le rendía homenaje y que Naomi Campbell lució en su desfile de Alta Costura de primavera-verano de 1988. Nuevamente, esta prenda dista mucho de ser una copia del cuadro: se trata, una vez más, de una transposición para la que trabajó con bordadores como Lesage, con quien trasladó a la tela el empastado y la textura de la pintura a través de sus propios materiales: lentejuelas, felpilla e hilo de seda, que darán una profundidad distinta a la de la pintura.
Los textiles reflejan la luz de forma diferente a la pintura; en este sentido, la chaqueta de Saint Laurent vibra. Y al igual que el vestido Mondrian, se lleva puesta, y cuando quien la lleva camina la Saint Laurent convierte al cuadro en arte vivo. Esta estrategia de la transposición será también la protagonista de los vestidos Matisse, Bonnard (inspirado en el pintor Pierre Bonnard) y Picasso, que es quizá el artista con el que establece un vínculo más íntimo.