Texto por: Ana Domínguez-Siemens
¿Cómo se conocieron y por qué decidieron abrir una galería especializada en diseño?
Nos conocimos hace unos 30 años. Por aquel entonces, Didier trabajaba en su empresa familiar de ropa deportiva y yo en el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Albertville. A Didier le apasionaba el diseño francés e italiano de mediados de siglo, y decidimos trabajar con diseñadores actuales para promover la creación contemporánea. Abrimos una agencia de diseño en la que empezamos a colaborar con varios de los diseñadores con los que seguimos trabajando hoy en día, y más adelante decidimos expandir la naturaleza de los proyectos en los que trabajábamos. Queríamos crear un espacio en el que los diseñadores pudieran crear con total libertad, sin limitaciones. Esto fue en 1999, cuando nació la galería.
Según tengo entendido, el amor por el diseño comenzó con Didier coleccionando lámparas de los años 50 y 60. ¿Es así?
Así es. Didier es un coleccionista nato, siempre lo ha sido. Empezó de joven con los sellos, luego se aficionó a los relojes y finalmente se centró en el arte contemporáneo y la iluminación de época, y esta última categoría sigue vigente.
¿Qué hay detrás del nombre kreo?
Buscábamos algo corto y evocador, pero que no estuviera necesariamente ligado a un único significado. Abrimos un diccionario de esperanto (hay algo poético en usar un idioma que no se usa, ¿verdad?) y buscamos la palabra “creación”. Era “kreo” y, curiosamente, también comparte las dos primeras letras de nuestro apellido.
Usted trabaja con diseñadores que hacen colecciones de edición limitada o piezas únicas. Es un mercado para coleccionistas que entienden el valor de ese ámbito del diseño cercano al arte. ¿Cómo describiría esas colecciones?
Creo que la gente que es sensible a la libertad de creación suele responder de forma bastante positiva en cualquier ámbito. Dicho esto, es interesante porque los primeros que nos compraron eran personas de industrias creativas como la moda, el arte, el diseño, el cine… Tal vez haya una comprensión y un respeto por el trabajo que supone crear algo a partir de la visión personal de cada uno.
La investigación parece ser el punto central de este tipo de trabajos. ¿Hay otros elementos implicados en estas colecciones que los diseñadores hacen para kreo?
La investigación es sin duda un punto muy importante. Puede tratarse de una investigación sobre la historia de una tipología (como la muestra temática de Front “Siete historias sobre espejos”, expuesta recientemente en la galería de París), o de una investigación sobre cómo se puede utilizar un material para facilitar un propósito elegido (como las nuevas estanterías “Quobus” de Marc Newson, en las que el acero esmaltado es muy resistente pero también bello en su acabado). Y también hay un lenguaje visual personal, es decir, por qué se elige esta forma o este material en lugar de este otro. Al final, lo más importante es la visión del diseñador; es la razón por la que nos asombran y “sorprenden” perpetuamente las nuevas colecciones. Es como si cada vez el diseñador revelara una parte de sí mismo que nunca habíamos visto de esa forma.
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