El brillo de las luciérnagas inspira a Firefly, que quiere romper con los convencionalismos
La primera colaboración de la marca con una artista mexicana ha dejado una colección de lámparas de una gran variedad, desde las más coloridas hasta las más refinadas. “Para mí, la iluminación es algo mágico”, dice la artista. En sus diseños, Olga Hanono transmite una magia similar a la que despende la luz de las luciérnagas, que ha sido la inspiración de la mexicana. Esto lo consigue gracias a los colores metálicos, el negro y su contraste con el blanco.
Firefly se compone de cuatro piezas distintas, que tratan de romper con los convencionalismos. La primera de ellas es una lámpara inalámbrica, que cuenta con una pantalla de porcelana y un regulador que permite controlar la intensidad de la luz además de autonomía lumínica y un cable USB. La segunda es un aplique de pared combinando el negro, blanco y dorado, y que, gracias a su forma da un toque elegante. Ambas compuestas por fragmentos de porcelana.
La colección también cuenta con una lámpara de techo, en la cual predomina el color negro, aunque también se aprecia el dorado y el plata. Por último, está la lámpara de pie, con un diseño más parecido a la lámpara colgante, donde también predominan los colores oscuros. En este caso, también se aprecia un tono verde oscuro y blanco.
Los diseños basados en girasoles y flores de loto, entre otros motivos vegetales, muestran la idea de Olga de ofrecer combinaciones nuevas de formas y colores, y refleja su sensibilidad artística. Una pantalla de porcelana traslúcida corona el aplique y el modelo de mesa, que transmite la esencia de la bioluminiscencia. Por su parte, las lámparas de techo y de pie poseen una pantalla que ha sido confeccionada en tela.
Olga, diseñadora reconocida dentro del mundo del arte el diseño y la arquitectura, ha conseguido crear gracias a su pasión por transformas espacios y objetos, además del uso de patrones geométricos, unas piezas que reflejan la originalidad y la elegancia estética. Versátiles, cálidas y sofisticadas, así son las piezas de Firefly.
Lladró, que cuenta con más de 60 años de experiencia en el sector, fabrica en Valencia sus piezas mediante un proceso artesanal que combina técnicas ancestrales y una paleta de colores propios de la entidad. Ha colaborado con numerosos diseñadores y artistas contemporáneo con prestigio y, por primera vez, han trabajado con una diseñadora mexicana. Es la primera vez que la artista trabajaba dentro del mundo de la iluminación en porcelana artesanal y Firefly ha sido su resultado, un conjunto de obras de arte. Mediante el uso de las lámparas podemos transformar los espacios a lo largo del día”, explica Olga.