El hombre que reveló el Continente Negro como objeto cinematográfico, Jean Rouch
Siguiendo con su periódica reivindicación de cineastas clásicos y modernos tal vez menos conocidos, que le ha llevado a estrenar en los últimos meses retrospectivas de directoras como Marta Mészáros, Chantal Akerman, Seijun Suzuki, Shohei Imamura o Paulo Rocha, Filmin añadirá a su catálogo el próximo 7 de julio seis películas, en nuevas restauraciones digitales, dirigidas por Jean Rouch, cineasta y antropólogo francés considerado uno de los padres del Cinema Verité.
Jean Rouch es una figura clave del cine europeo sobre todo gracias a su serie de películas etnográficas en las que retrató África, no desde el punto de vista habitual del hombre blanco occidental ejerciendo de turista curioso, sino que permitiendo que fueran los propios nativos africanos los que decidieran cómo representarse a sí mismos frente a la cámara, creando un enfoque único que se conoce como «cine etnográfico participativo».
Además de su trabajo como cineasta, Jean Rouch también realizó extensas investigaciones antropológicas, especialmente en Níger, donde exploró las tradiciones y costumbres de diferentes grupos étnicos. Sus películas africanas desafiaron las representaciones estereotipadas y ofrecieron una visión más compleja y humana de las sociedades indígenas.
Títulos que integran el ciclo:
«Los amos locos» (1955)
Jean Rouch se traslada a un grupo variopinto de trabajadores de la ciudad de Acra en Ghana en la práctica de un ritual “Hauka”, movimiento nacido en Níger y que se extendió a otras partes de África consistente en imitar en estado de trance a sus administradores coloniales de los que supuestamente se sentían poseídos. Bailes compulsivos, estados físicos alterados, sacrificio y banquete ceremonial de un perro…, cada uno de los participantes adopta el rol de los gerifaltes colonizadores, incluso del ferrocarril.
«Yo, un negro» (1957)
La película relata la historia de seis jóvenes inmigrantes nigerianos que dejan su país para encontrar trabajo en Costa de Marfil, en el barrio de Treichville de la capital Abiyán. Estos inmigrantes viven en la miseria, y sueñan con llegar algún día a los barrios limítrofes de la Meseta, el distrito comercial e industrial, y el antiguo barrio africano de Adjame.
Todas las mañanas buscan trabajo en Treichville con la esperanza de conseguir los veinte francos para poder pagar un plato de sopa. Realizan trabajos de poca paga como estibadores y obreros y por la noche ahogan sus penas en los bares mientras sueñan con sus vidas idealizadas.
«La pirámide humana» (1959)
La llegada de una nueva alumna, Nadine, es el punto de partida de un análisis de las relaciones interraciales en un Liceo de Abidján en Costa de Marfil.
Reunidos por el antropólogo y cineasta Jean Rouch, uno de los creadores de la llamada “etnoficción”, el subgénero de la docuficción que se centra en el estudio de las etnias; los alumnos interpretan a su propio personaje en una ficción que se desarrolla a través de las nuevas relaciones entre blancos y negros, escenificando los lazos de amistad y las relaciones sentimentales.
El resultado fue una pequeña obra maestra cautivadora que encandiló a la crítica, pero que su poca tirada comercial la destinó a festivales y circuitos minoritarios.
«La caza del león con arco» (1965)
Es un reportaje sobre una costumbre ancestral de caza en un pueblo situado en la frontera de Malí y Níger. Los autóctonos llevan el ganado a un monte donde, curiosamente, los leones y las vacas se llevan bien, devorando estos de vez en cuando a alguna que está enferma, lo que la tribu considera una bendición. Pero a veces los leones rompen el «pacto», atacando a la manada. Es entonces cuando la caza del león está decidida.
«Jaguar» (1967)
La película sigue a tres hombres de Niger: Lam, un pastor de vacas, Illo, un pescador y Damouré Zika, un dandy educado. Después de una breve introducción que detalla su vida en Níger, visitan a una adivina, la cual les advierte que el viaje será difícil, pero que las cosas les irán muy bien cuando regresen. La adivina también recomienda que los tres protagonistas se separen cuando lleguen a Gold Coast, además de sugerir que se reunirían más tarde.
Después, los tres hombres partieron a pie para viajar a Gold Coast, en busca de trabajo, dinero y aventuras. En el camino, se encuentran con una amplia variedad de pueblos y lugares, y tienen una serie de interacciones caprichosas con ellos, alternativamente buscando comida y mendigando a los aldeanos locales. Al llegar a la frontera entre Níger y Gold Coast, los guardias exigen papeles, que ellos no tienen. Eventualmente cruzan la frontera caminando detrás de las espaldas del guardia.
«Poco a poco» (1969)
En Ayorou, Damouré dirige, junto con Lam e Illo, una sociedad de importación y exportación llamada “Poco a Poco”. Decide construir un edificio y se marcha a París para ver cómo se puede vivir en una casa de pisos. En la ciudad descubre las curiosas formas de vivir y pensar de la tribu de los parisinos.