Entrevista a Esther García: lo que hay detrás de los desfiles

La directora artística Esther García, productora y organizadora de la Barcelona Fashion Week, nos habla sobre su experiencia en el mundo del backstage y la producción

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Desde la época de los supermodelos, Esther García empezó su carrera con una idea clara de lo que quería ver en sus desfiles: puestas en escena intrigantes, producción exquisita y una forma de sorprender a una audiencia exigente con tal de que no alejase la mirada de la pasarela. Hoy, tras llevar a cabo más de 2000 desfiles, colaborar con marcas tan prestigiosas como Ágata Ruiz de la Prada o Pedro del Hierro, participar en los desfiles de las grandes capitales del mundo y ser reconocida como la principal directora artística y de casting de España y como una de las más influyentes del mundo, baja al suelo para hablarnos de aquello que la apasiona.

¿De dónde sacas la inspiración a la hora de planear los desfiles?

«Lo primero que hago es estudiar muy bien los bocetos, tejidos que me manda el diseñador. Si tiene un relato muy revelador, intento investigar sobre ello para ir a buscar la localización ideal para esta presentación. Me inspiro mucho tanto en las calles de cualquier ciudad en la que esté como en las galerías de arte.»

«Su arquitectura, la luz, los reflejos que se crean a través de ventanas o a través de portales y alguna que otra película. Siempre intento buscarle la belleza y poder plasmar en los desfiles todo lo que pasa a través de mi mirada. También hablo mucho con los proveedores para ver qué materiales nuevos tienen, tanto focos de iluminación como materiales de del suelo, de paredes, colores, los que puedan tener formas de vinilos nuevos con el 3D que se pueda realizar.»

¿Los contratantes también vienen con alguna idea en concreto o eres tú la que le da la idea por lo general?

«Somos nosotros los que damos todas las ideas. Primero buscamos la localización. Una vez la localización está definida, es donde te imaginas todo el recorrido de lo que va a suceder desde el primer invitado que llega hasta el último y lo plasmas. Me acostumbré hace muchos años a hacer un power point y voy colocando allí todos los inputs y les digo a todo el estudio que haga lo mismo para que todos sepamos la producción que cada uno de las áreas está realizando y tengamos el proyecto completo para que se pueda visualizar muy bien y que no falte nada.»

«Lo siguiente es proporcionarles la parte técnica a cada uno de los proveedores de lo que tienen que hacer carpinteros, herreros, el panel de luces de sonido, etcétera. Esta parte se desarrolla mucho más y se va encargando los detalles técnicos y toda la construcción a cada uno de los proveedores conforme vayan avanzando. Lo que les pido a ellos es que si hay materiales nuevos me los muestren. A veces voy a alguna nave y me mandan fotos, videos y me enseñan nuevas propuestas.»

A la hora de realizar estos desfiles, ¿qué haces para que cada desfile sea su propio espectáculo, por así decirlo, que tenga su propia identidad?

«Lo que buscamos sobre todo es marcar la identidad del cliente y de la colección que va a presentar. Para mí es muy importante primero estudiar lo que hay, lo que va a presentar, intentar investigar incluso más por mi cuenta para poder plasmarlo luego en la puesta en escena. Si hablamos de plataformas como Madrid y Barcelona, por ejemplo, que ya tienen una infraestructura montada, entonces intentas insertar una serie de elementos: el vídeo de la pantalla, la música, la escenografía. Se trata de construir algo que sea acorde y que siga el mismo hilo conductor que el resto.»

Esther García

«Hago los castings metiéndome en la cabeza del diseñador que se trate. Si es el casting dominico, pues me pongo mucho en su cabeza pensando en dominico. Si es Menchen Thomas es otra. Si es Isabel Sanchis es otra, si es Ágata, es otra. Y cuando termino es cuando elijo a las modelos que van a ir con este diseñador y con la prenda que va a utilizar.»

«Además, yo trabajo muy cercano al diseñador. para poder llegar mucho más profundamente a que luego el resto del público considere visualizar todos los input que estás dando. Son una cantidad de herramientas que todas juntas se fusionan en una sola para el éxito de la presentación. Nosotros somos los conectores entre el producto y el público.»

 

¿Cómo coordinas las diferentes fases de del back stage?

«Cuando tenemos ya el programa cerrado de los diseñadores que van a desfilar en una plataforma lo que hacemos es definir un calendario de trabajo. Todos los ‘timings’ que van a involucrar a todo el personal que va a estar trabajando dentro. Una vez que está definido, habilitamos a cada diseñador el suyo y también un esquema para peluquería de maquillaje.»

«Y luego también nos encargamos de proporcionar el horario para la búsqueda de las de vestuario, planchadores, repasadores, de todos los que están involucrados. Por lo general cada una tiene sus peculiaridades, pero hay una base para todos. Ya en el momento de empezar el certamen, los diseñadores empiezan a llegar a la pasarela, al Backstage y entonces tenemos un equipo grande con el que las modelos van utilizando diferentes vestuarios allá donde estén confirmadas y van realizando las pruebas de colegio y arreglos oportunos para que encaje la prenda perfectamente.»

«Por nuestro lado, concertamos al mismo tiempo citas individuales con los diseñadores en la pasarela para repasar el guion, la escaleta del desfile, junto con la luz, para acabar de perfilarla con la música y con audiovisuales de pantalla.»

Esther García

¿Y cómo elegís a los modelos? ¿Depende su elección del evento en el que estéis o no?

«Sí, absolutamente. Lo más importante de partida es la colección y el diseñador: el tipo de diseñadores que son,  lo que les gusta y lo que les encaja. Evidentemente, depende de la colección, aunque el mismo diseñador puede cambiar de colección de una edición a la otra dependiendo de su filosofía y la política de presentar. Teniendo en cuenta esto, hacemos un casting general para cada una de las plataformas basándonos en las modelo que participan.»

«Entonces, hay modelos que tienen un look más andrógeno. Otras una belleza clásica y otras son más algodón. Luego tienes los nuevos perfiles y nuevas bellezas de modelos curvy, genderles, Golden o in-between. Hemos abierto mucho el abanico en los últimos siete años para incluir distintas bellezas de distintas edades y cuerpos. Y de razas, llevo treinta años trabajando y siempre he tenido muchas nacionalidades distintas.»

«Siempre hay que pensar que son modelos que tienen que tener un equilibrio físico una fuerza importante en el momento de la pasarela, un gran magnetismo con las cámaras. Y si son camaleónicas, mucho mejor. Es una profesión y por eso no todas son modelos.»

Por lo general, ¿qué buscas transmitir con tus pasarelas a la gente que lo ve?

«Me gusta sorprender. Me gusta crear emociones. Me gusta que se lo guarden en la retina para siempre. Intentamos muchas veces a través de incluso pequeños detalles poder marcar una diferencia en un desfile. Desde que el público entra en la sala y a lo mejor hay una máquina de olor que huele a tierra porque el desfile está inspirado a la arena del mar. O al tipo de iluminación, o incluso el tipo de sillas que se alquilan para los desfiles.»

«Ahora mismo hemos hecho Álvaro Calafat con el que hemos estado buscando mucho tiempo un espacio idóneo para la filosofía que él tenía que era en plan mafia y transgresor, y me comentó que iba a aparecer un cantante de medio de un desfile que dura doce minutos por cantantes y un puente de hierro. Pusimos unos leds que todavía reforzaban mucho más la imagen de fortaleza de la mafia y que podían cambiar de color cuando entrara el público… Entonces, tenían que ser sillas de hierro para que te sumergieses en la filosofía que él quería mostrar.»

«Pues todas esas cosas son las que te vas imaginando e intentas conseguir un efecto “Wow”. Y no siempre es con muchísimo dinero. Se trata de ser resolutivos, intentar clavar completamente con el relato que te da la el diseñador de su colección y luego ir con la coreografía con todos los elementos, fusionarlo muy bien para que sea especial.»

Me viene a la cabeza ahora uno de un iceberg, uno de molinos de viento y de un aeropuerto. ¿Hasta qué punto es demasiada la puesta en este?

Esther García

«Todo depende de cómo es el diseñador. Chanel, en la época de Carla Hedfiel, hacía grandes montajes. Incluso yo misma iba y quería ver con lo que nos sorprendía ese año. Al final, mostraba su propia identidad. Evidentemente tenía ochenta modelos maravillosamente vestidas con los grupos impresionantes, pero se trataba de ver lo que nos presentaban. Lo mismo con un supermercado un día, una nave espacial al otro, el león maravilloso o cualquier otro montaje.»

«Con ellos, todo es un espectáculo y cuantas más cosas le pongas, más se va a quedar en la retina del espectador y mira cómo nos acordamos todos de todos estos desfiles.»

«Y luego hay diseñadores que son minimalistas. Ellos mismos crean unas prendas que están muy bien hechas, con un patronaje que te mueres, que no ven ni las posturas, que no sabes cómo, pero aquella falda cae que te mueres, que el pantalón es la bomba y la chaqueta que llevan los chicos te mueres. Son de líneas puras. Son arquitectos de la prenda y no quieren que nada distorsione sus líneas. Y es muy loable. Al final, lo bueno se basa en la diversidad.»

«Todo está en tener diferentes perfiles, diferentes colecciones y que cada uno se refleje en lo que identifique mejor. Pero lo que es importante es que cualquier cosa que hagas la hagas bien. Para mí es muy importante que si hacemos una inauguración de un espacio, el espacio esté decorado ambientado o tenga ahí algo especial aquel día, no puede estar igual que el día anterior del día siguiente.»

«Porque vas a invitar a de gente y tienen que sentir que vienen por algo. Vienen a que les presentes algo especial y les haga sentir especiales. No hay que dejarse nada al azar. Hay que cuidar todos y cada uno de los detalles allá donde se vaya.»

Normalmente la gente asocia las pasarelas con pases de modelos. ¿En qué más eventos has visto que te hayan contratado que quizá no tenga que ver tanto con eso?

«Hemos hecho exposiciones, congresos, cenas e inauguraciones. Alguna boda, algún enlace muy especial, algo muy exquisito en el sentido que puedas llegar a ponerte a hacer un montaje y una producción. Nos dedicamos a ser productores. Es verdad que estamos muy vinculados al mundo de la moda, a esta imagen de que todo tiene que ser bello. Pero también a que la belleza es muy amplia y si eres más transgresor será más transgresor y si eres más de palacios, será más de palacios. No pasa nada.»

«Es meterte en la cabeza del cliente. Podemos presentar cualquier tipo de producto o cualquier tipo de evento. Por ejemplo, durante las ediciones del veinte-veinte presentamos siete vídeos presenciales con veintidós modelos cada vídeo. Siete al día, veintiocho en cinco días. Los editábamos todos ‘frame a frame’ en una semana. Fue una verdadera locura. Podemos hacer lo que sea mientras haya posibilidad de producción.»

¿Y cómo es el mundo de las pasarelas por detrás? ¿Es muy demandante, hay mucha competitividad?

«No. En nuestro sector nos gusta que al final se cree una familia. En el momento del directo verás que estamos todos concentrados pero luego intentamos que haya un buen ambiente y lo hay. Con los diseñadores, con los modelos, con todos los equipos. Al final son muchísimas horas las que pasas allí en el momento del directo hay mucha tensión porque al final también tienes muchas máquinas, y mucha tecnología y luego siempre quieres compaginar la parte tecnológica con la parte humana y a veces con una máquina, aprietas un botón y no sabes bien por qué, pero no se enciende.»

«En esos momentos pasas nervios porque has comprobado varias veces que no pasaba nada y ahora pasa.»

¿Ha cambiado mucho el mundo de las pasarelas, en estas últimas décadas?

«Ha cambiado muchísimo en cuanto al casting de modelos. Yo llevo en el mundo de la moda treinta años y el sector ha ido cambiando de tendencias. Empecé con la tendencia de las supermodelos de Claudia Schiffer. Más tarde, pasamos al andrógeno con Kate Moss y luego han habido diferentes etapas. Ahora estamos en una etapa de diversidad de tallas y edades: no hay tanta centralidad, la ropa puede ser para cualquier persona y las tendencias no están tan marcadas en ningún lado.»

«Y si hay alguna tendencia que sobresale sobre las demás, no importa tanto porque todo está permitido. Al final cada uno busca más su propia identidad antes que no estar a la moda en una tendencia. También creo que la parte tecnológica está cambiando a las prendas, la parte de sostenibilidad también va a cambiar el sector.»

«Entonces en este sentido, ha cambiado. En el sentido de cómo se presentan las colecciones, mucha gente creía que los desfiles estaban pasados de moda. Pero el 2020 hizo que todo el mundo se diese cuenta de que no era así. Todos probamos cosas muy distintas, pero a la mínima que se pudo se volvió al desfile. Toda la interacción que se crea con los periodistas, los invitados y el resto del mundo es demasiado importante como para solo verla a través de las pantallas.»