Entrevista al artista Oriol Vilanova

El azar es la causa de todo aquello que no entendemos, que nos sorprende, que reduce a cenizas nuestras ideas previas y que rompe con nuestra lógica. Oriol Vilanova reformula el concepto de azar, utilizándolo como llave para abrir las puertas de un mundo de infinitas postales fotográficas, que piden a gritos revivir, entrar en su colección y ser dotadas de esa atemporalidad que el artista les otorga. Su obra es un archivo de imágenes que nace de su afán por coleccionar postales y redefinir el significado de estas, a través de un hilo rojo que une todas y cada una de ellas en un íntimo viaje común. El artista catalán, que actualmente vive en Bruselas, ha expuesto en la feria ARCOmadrid en 2022 y 2023 de la mano de la Galería Elba Benítez 

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EX AEQUO. 'Un ataúd con ruedas es la cama', 2012 . Cortesía de Oriol Vilanova y Galería Elba Benítez

¿Cómo fueron los inicios de Oriol Vilanova en el mundo del arte?

Por intuición, sin saber del todo qué era el mundo del arte. Fui viendo exposiciones y el universo de los artistas en mi adolescencia, cuando empecé a ser llamado por la curiosidad y las propuestas de artistas vivos y contemporáneos que, en realidad, no llegas a comprender. Justamente esa incomprensión y esas puertas que se abren, son las que te llaman al interés. Fue como visitante, me formé viendo exposiciones, porque no estudié Bellas Artes, sino que soy autodidacta. Aprendí por simbiosis, a través de ver el trabajo de artistas que me estimulaban y me hicieron ver que me interesaba trabajar en la práctica artística creando nuevas propuestas.

¿De dónde nace el interés por las postales?

A los 18 años empiezo a ir al Mercado de las Pulgas y fue un objeto que me llamó la atención. Iba al mercado de Barcelona en busca de libros de arte o literatura y es allí donde aparecen cajas de imágenes que llaman mi atención. Compré una, luego otra y otra… y de ahí empezó la constelación. En este momento aún no tenía la visión de poder darle un retorno como obra a las postales, sino que lo hacía como coleccionista. Era unas imágenes que me interpelaban e interesaban, pero sin la vocación de convertirlas en obras, sino como un coleccionista de domingos que compra sus tesoros y los disfruta durante la semana, esperando la siguiente semana.

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'Secret Collection'. Cortesía de Oriol Vilanova y Galería Elba Benítez. Fotografía por Alexandra Masmanidi

¿Cómo es el proceso de recoger una postal y redefinir su significado, adaptándolo a tu obra?

El proceso para por entender el Mercado de las Pulgas como estudio y el hecho de ir, pasar tiempo, escuchar, mirar, ver qué pasa en el mercado, su economía, sus personajes, cómo se disponen los objetos o cómo llegan allí los objetos. Uno de los objetos que dirigen mi trabajo son las postales. Es un trabajo que requiere tiempo para escuchar las imágenes, comprarlas y asociarlas entre ellas. Uno de los componentes muy importantes de mis colecciones es el tiempo. Colecciones que pueden estar compuestas por 2000 o 3000 postales son compradas a la unidad, una a una, como un proceso de goteo. En Madrid voy al «rastro» o en Bruselas, donde vivo, voy al Mercado de Bruselas. Es una forma también de entender las ciudades que visito. Todo esto son capas que se van añadiendo a la colección y a la obra. Son obras que se van haciendo con el componente del azar, con imágenes que no busco, sino que encuentro. Otro elemento clave es el tiempo de maduración, de hacerlo poco a poco, que me permite reformular cada concepto.

¿Qué debe tener una postal para que llame tu atención y decidas llevártela?

Es un proceso muy rápido porque tengo ya la mirada educada, después de muchos años y ver millones de postales. De algún modo la postal “salta” y quiere formar parte de la colección. Si dudo sobre una postal, no me la quedo. Si la escojo es porque forma parte de una serie que está en curso. Tengo más de 150 series en curso. La imagen en sí debe ser única y cuestionarme y transportarme a algo que está fuera de ella y que sale del cliché, pensando en la postal como un elemento que por sí mismo se sale del cliché.

¿Qué elemento común hay entre las postales? ¿Cómo las relacionas?

El sentido conjunto es la colección. Ser artista coleccionista engloba el cómo se coloca la colección, la psicología de la colección, cómo se clasifica… Cada clasificación surge de una serie de temáticas que me interesan. Llego a esa temática tras un proceso de escuchar a las imágenes, no a partir de ellas, sino con ellas.

Las postales atraviesan la historia y el medio, desde el principio hasta el fin, como una especie de muerte anunciada

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'Anything, everything', 2019. Buffalo Albright Knox Museum. Fotografía de Tom Loonan & Brenda Bieger

¿Qué importancia tiene el paso del tiempo en tus obras?

Es un elemento básico. Las postales son transhistóricas. Su historia va desde finales del siglo XIX hasta hoy en día. Atraviesan la historia y el medio, desde el principio hasta el fin, como una especie de muerte anunciada. Se puede hacer con ellas una historiografía. Son imágenes que también viajan y cruzan territorios. Hay un cruce de las postales que viajan con los turistas que se las envían. Veo reflejando el paso del tiempo en el objeto y cómo envejece, las trazas del papel, el deterioro de la imagen o el sello y la tipografía. Todo esto nos habla de un tiempo pasado y encapsula todo lo que ha vivido el objeto. Guarda las conversaciones y nos ayuda a descifrar todo lo que no hemos visto, gracias a su memoria.

¿Y el azar?

Muy importante. Voy al mercado a ver qué pasa, sin saber lo que me voy a encontrar. Siempre hay material nuevo con contextos distintos. Hoy en día, los mercados están más potenciados desde lo digital, pero me interesa más trabajar más desde ese ritual de ir al mercado varios días de la semana y encontrarme el objeto. Me gusta que el azar se convierta en un aliado y me de sorpresas.

Actualmente vives en Bruselas. ¿Hay algo del pintor belga René Magritte en ti?

El surrealismo marca mi entrada al mundo del arte y Magritte está en esa familia. El surrealismo en Bélgica tiene ese algo que le mantiene activo, se traduce en otros lenguajes y se mantienen esa tradición de artistas anteriores a Magritte que pasan por él y terminan en artistas contemporáneos. Es un artista muy interesante.

¿Te gustaría ser el protagonista de alguna de esas postales?

Yo mismo no, pero sí la obra. Cuando hago exposiciones en galerías me gusta que se edite una postal, para activarla. Cuando vendo una serie la voy enviando al cliente semanalmente, en fascículos, y ese es otro modo de estar presente en esas postales, a través también de mi escritura, el sello, desde dónde se envía… todo esto hace una pequeña biografía de mis viajes.

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El artista Oriol Vilanova. Fotografía de Ingrid Sala

¿Cómo es para un artista exponer en la feria de ARCOmadrid?

Es un escaparate más. Como artista, la feria es otro lugar, con otras reglas, otros públicos y otra temporalidad. Está muy bien y forma parte del juego.

¿Qué significado tiene para Oriol Vilanova una postal? ¿Qué historias hay tras ellas?

Una postal es un objeto que no tiene dos caras, no es imagen y texto, sino que tiene muchas más. Es un objeto que continúa, no se agota. Son un foco de interés, y me hacen seguir levantándome con ganas de ir al mercado a por más. Me permiten cuestionarme y me resulta interesante pensar su papel en la actualidad.