Jean-Charles Hita, director general de la división de piel de la maison desde 2019, desarrolla en White Paper By la apuesta de Montblanc para dejarse llevar por el poder de las ideas, de la palabra y de la imaginación.
El influyente escritor de ciencia-ficción Neil Gaiman, autor de novelas y cómics seminales de nuestro tiempo como American Gods o Sandman, aseguraba que “las bibliotecas son las verdaderas puertas del futuro”.
Un sentimiento que, a tenor de su última colección, respalda y reivindica Montblanc, que se sumerge en el universo de estos albergues de conocimiento como fuente de inspiración para una línea de productos al menos tan atemporales e inspiradores como las propias bibliotecas. La firma, epítome histórico del savoir faire, presenta una selección de artículos cuyos códigos de diseño están influenciados por la cultura de la escritura.
La nueva colección Montblanc Sartorial es hermosa y un tanto nostálgica. ¿En qué medida la cultura de la escritura de la firma ha inspirado los códigos de diseño de esta colección?
La Sartorial es, desde 2016, una de nuestras colecciones más importantes. Es una colección muy inspirada en la cultura de la escritura, así como atemporal, muy business y también unisex, pensada tanto para el hombre como para la mujer que va a trabajar a la oficina. Es una colección histórica de Montblanc y que se vende bien en todos los lugares en los que vendemos plumas. Todos los detalles de la piel, los colores, la construcción de los bolsos… son detalles que encuentras también en nuestras plumas.
En un mundo tan digital, ajetreado, multiversal y frenético, da la impresión de que reivindicar la biblioteca, la pausa, la conversación y la toma de notas es una declaración de intenciones por parte de Montblanc. ¿Estoy en lo cierto?
Absolutamente. Montblanc es una marca única. Aunque hacemos piel desde 1926, lo que nos diferencia de otras marcas de lujo es nuestro origen, nuestras raíces en la cultura de la escritura. Cuando Marco Tomasetta, nuestro director artístico, creó esta colección y esta campaña de publicidad centrada en las bibliotecas, lo que quería era reforzar la importancia, la pasión y el amor que tenemos por la escritura y la lectura, la cultura en general. Las bibliotecas son todo un símbolo para Montblanc, que es una marca tan atemporal como los propios libros.
A pesar de lo que se dice, la gente lee cada vez más y vemos cómo hay bibliotecas cada vez más grandes en todo el mundo. Para nosotros es un símbolo; como el escritorio, donde tienes tu bolso, tu pluma y tu cuaderno.
Y esa recuperación de la biblioteca como un espacio central también en el hogar, esa habitación en la que no solo podemos trabajar o hacer cuentas, sino relajarnos y perdernos en la lectura.
Lo que hemos comprobado es que las ventas de los artículos de escritura siguen creciendo. Puede que haya menos tiendas que venden plumas, pero nosotros cada vez vendemos más. La escritura tiene un rol muy importante en cada país y nosotros desarrollamos productos pensando en la historia local y en cada cliente concreto. Hacemos pocos artículos, pero son duraderos. Por ejemplo, cuando concebimos una colección no buscamos colores que estén de tendencia, sino colores que puedan perdurar y ser llevados durante dos, tres, cinco o diez años.
De los retos que planteó a su equipo cuando empezó a dirigir la división de piel en 2019, ¿de cuál se siente más orgulloso de haber conseguido?
Nosotros solo estamos aquí para intentar que la marca sea cada día más fuerte, así que prefiero la humildad al orgullo. Pero estoy contento, por ejemplo, de la transformación de la división de piel en todas los países, fábricas y oficinas. Ha sido todo un proyecto de empresa que me ha hecho muy feliz. Y también estoy satisfecho por la rapidez de respuesta de nuestros clientes. Marco y yo tuvimos la intuición de alzar la firma, utilizando materiales de mejor calidad y sostenibles, redibujamos los modelos y cambiamos piezas y redimensionamos el logo. Los clientes respondieron de forma inmediata y eso me confirma que tenemos una misma visión.
En Montblanc todos compartimos una pasión por la marca y me he esforzado en mostrar, tanto a los vendedores de nuestras tiendas como a los clientes, que no solo somos una mochila negra o el maletín para ir a trabajar. Montblanc puede ser mucho más porque es una firma extraordinaria. Estamos convencidos de que vamos a doblar las ventas en piel, pero también de que las secciones de escritura y la relojería van a seguir creciendo porque estamos haciendo una marca cada vez más extrovertida. Queremos atraer al cliente que ame el arte, el diseño, la arquitectura y, en general, la cultura.
El legado de Montblanc en el mundo de la relojería y la escritura habla por sí solo, con productos convertidos en objeto de deseo durante décadas. Aunque su división de piel también es centenaria, ¿ha sido un reto situarla en un lugar tan apreciado por la opinión pública como las plumas o los relojes?
En Montblanc contamos con cuatro fábricas. Una en Alemania donde hacemos los artículos de escritura, dos de relojes en Suiza y una fábrica de piel en Florencia, Italia. Este centro lo hemos reforzado con más personal y capacidades: modelistas, prototipistas y diseñadores para aumentar nuestro know-how. Lo que hemos hecho junto a Marco Tomasetta es estudiar nuestra historia centenaria en piel y modernizar las construcciones de los bolsos para otorgarles más ligereza, modernidad, delicadeza y pieles de mejor calidad. A la resistencia y funcionalidad hemos añadido tacto y sensibilidad. Nuestra fábrica de Florencia está situada en el centro de la peletería a nivel mundial, junto a las de Gucci o Prada.
Siendo una empresa ubicada en el sitio donde se hacen los mejores tejidos, obteniendo las pieles de los mejores curtidores y contando con grandes diseñadores, si haces un mal producto quizá es que tienes que cambiar de trabajo (ríe).
¿Cómo ha evolucionado el compromiso de Montblanc a la hora de crear productos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente?
Como he dicho: comprando piel y produciendo solo en Italia, desarrollando materiales que podamos reciclar fácilmente o trabajando con pieles que son climáticamente neutrales. Hemos creado todo un ecosistema con proveedores y productores que hace que nuestros productos hoy sean muy sostenibles.