Isaac Hernández sorprende una vez más adentrándose en la gran pantalla de la mano del director Carlos Saura
El bailarín cambia de escenario en su primera película titulada: “El rey de todo el mundo”. Dirigida por Carlos Saura y protagonizada por Greta Elizondo, Ana de la Reguera y Manuel García-Rulfo, esta nueva propuesta permite a Isaac hacer su debut en la gran pantalla tras su inicio en la serie de Netflix “Alguien Tiene Que Morir” de Manolo Caro. “El rey de todo el mundo” es un musical sobre la tradición folclórica de la música y la danza mexicana que intenta recuperar la conexión que existía entre España y México, formado por un elenco de extraordinarios bailarines, el nuevo filme de Saura es una oda al arte mexicano.
1990, Guadalajara (México). De inicios humildes, el joven bailarín aprendió a bailar en el patio trasero de su casa, junto a sus nueve hermanos. De padres artistas, casi parecía un requisito en su casa: “Los dos fueron bailarines, nos daban clases en el patio, no teníamos internet, creábamos un mundo fantástico gracias a las películas de Carlos, su naturaleza nos transportaba a otra realidad” señalaba, “trabajar de la mano de Carlos Saura era un poco dramático al principio, era mi primer proyecto en este mundo, pero desde el primer día era un privilegio estar en el set adentrándome en la profesión. Es el tipo de director que te saca lo que necesites”.
Comenzó en los escenarios con la compañía junior del American Ballet Theatre II, en 2008 se unió al cuerpo de baile del San Francisco Ballet y fue ascendiendo como solista, finalmente, en 2018 ganó el mayor galardón de esta disciplina: “Soy ese niño que bailaba en el patio de su casa en Guadalajara y que llegó a la Ópera de París”. Condecorado por la International Dance Association como el mejor bailarín del mundo, Isaac va conquistando, poco a poco, el universo de la interpretación.
¿Qué relación encuentras entre el baile y la interpretación?
Me parece que la interpretación es más sutil, más relajada. Me llamó la atención ver que podía llevar el baile a la interpretación y viceversa. Mi manera de bailar cambió tras esta experiencia, compartir créditos con gente con mucha más experiencia me enriqueció.
¿De qué modo cambió tu manera de bailar?
La manera de interpretar a personajes clásicos- en el ballet- me parecía muy exagerado. Llenos de clichés… entendía que debía encontrar la manera de hacer que esos personajes fuesen más directos y accesibles, que conectasen más con el público de ahora. Me inspire de la interpretación para llevar al público otro tipo de personaje, uno con el que se sintiera más identificado.
Dedicarse al arte es muy complicado estés donde estés, ¿qué opinas del valor que México da al baile o a otros sectores de la industria cultural?
Ha sido muy difícil, la sociedad considera al arte como un hobbie y no como una herramienta fundamental para desarrollar tus capacidades y empatía. Todas estas herramientas que vienen cuando haces algo que te apasiona y las desarrollas creando. La gente no ve todo ese panorama, mi trabajo, desde que empecé a bailar es propagar eso.
¿Por eso creaste la Federación de Industrias Creativas de México?
Si, tenía el objetivo de unificar a los sectores creativos a fin de fortalecerlos y crear nuevas estructuras con el fin de que se consoliden como una economía sostenible para México.
Cuéntame un poco sobre Diego, tu personaje, ¿te has sentido identificado con él?
No, nunca he sido competitivo, no hay que comportarse como una estrella para serlo, eso lo único que hace es dañar al artista, caer en la desesperanza…Me gustó poder interpretar a alguien que no se me parece en absoluto, fue un regalo que la vida me dio.
Cómo fue trabajar con Greta Elizondo
Me fascino porque hasta cierto punto parecía que éramos personas muy diferentes, pero en verdad somos similares, con las mismas preocupaciones, el ballet…
También era su primera experiencia, era un hito descubrir eso, estábamos acostumbrados a constantes correcciones, ¿sabes? En el baile es constante eso, en el cine no, nos decían: Si no os decimos nada esta todo bien. El guion cambio muchísimo también, no sabía que las cosas se podían hacer así.
Tras pasar por el American Ballet Theatre, el San Francisco Ballet y ahora el English National Ballet, el siguiente paso de Isaac es permanecer – cuanto pueda- en el ballet inglés, aunque, señala que: “No puedo estarme quieto, si viene una oportunidad la voy a coger”. El bailarín pretende aprovechar al máximo su juventud, todo lo que le permita el cuerpo para continuar bailando.