Emporio Armani y Our Legacy Work Shop: una colaboración que transforma el archivo en lujo atemporal
Emporio Armani y Our Legacy Work Shop presentan una colaboración poderosa que redefine el lujo contemporáneo. La colección Primavera/Verano 2025 fusiona la elegancia atemporal de Armani con la visión experimental y consciente del colectivo sueco, dando vida a prendas con historia, carácter y propósito. Tejidos de archivo, siluetas relajadas, detalles inspirados en la estética asiática y una clara intención de sostenibilidad marcan una propuesta que no sigue las tendencias: las trasciende. En este nuevo encuentro creativo, el pasado se reinterpreta, lo clásico se renueva y la moda se convierte en una forma de legado vivo.
La nueva entrega continúa la conversación iniciada en 2023, pero da un paso más allá: por primera vez, incorpora propuestas femeninas, ampliando así el espectro de su narrativa. Esta apertura no se traduce en una ruptura estilística, sino en una evolución natural. Las piezas mantienen la misma coherencia visual, el mismo equilibrio entre lo esencial y lo distintivo, entre lo sobrio y lo inesperado. La colección, al igual que sus creadores, no necesita levantar la voz para ser escuchada.
Cada prenda es el resultado de un diálogo entre memoria y presente. Se han utilizado materiales rescatados de los archivos de Armani, junto con otros que han sido reproducidos especialmente para esta ocasión. La elección de trabajar con tejidos existentes no responde solo a una lógica estética, sino también ética: resignificar lo que ya está hecho es, en sí mismo, un gesto de responsabilidad. Pero lejos de limitarse a un ejercicio de reciclaje, el enfoque aquí es creativo. Lo antiguo no se conserva, se transforma.
El proceso de diseño tomó como punto de partida una pieza icónica: el abrigo tipo bata inspirado en el kimono. Desde esa base, se desarrolló una colección donde las influencias orientales se manifiestan en detalles discretos pero cargados de intención. Camisas sin cuello, forros con motivos geométricos, cortes amplios que sugieren comodidad sin perder estructura. Todo está pensado para vestir sin esfuerzo, como si el verano se pudiera llevar puesto.
La campaña, capturada por Alasdair McLellan en Pantelleria, refuerza este espíritu de ligereza y profundidad. La isla, con su paisaje volcánico y su ritmo pausado, es el escenario ideal para presentar prendas que invitan a habitar el tiempo con otra intensidad. No hay urgencia en esta colección. Solo una invitación a disfrutar del presente con la calma de quien valora lo que permanece.
El sentido del juego también está presente. El gato, símbolo que apareció en la primera colaboración, regresa como un guiño personal en estampados y accesorios. Incluso se incluye una baraja de cartas, tal vez el detalle más lúdico de toda la propuesta. Estos elementos no rompen la sobriedad general, pero sí la enriquecen, añadiendo capas de lectura y complicidad con quien los viste.
Las formas son relajadas, pensadas para climas cálidos y contextos informales, pero con una sofisticación silenciosa que se impone desde lo táctil, desde el gesto. Algunas prendas evocan albornoces de hotel o piezas que podrían encontrarse en un armario de viaje: ropa que no exige, sino que acompaña. Esa es quizás una de las claves del encanto de esta colaboración: la capacidad de vestir sin imponerse, de sugerir sin gritar.
El lanzamiento será acompañado por una instalación especial en la tienda insignia de Milán, y estará disponible en destinos internacionales seleccionados, desde Londres hasta Ginza. Esta distribución selectiva no responde únicamente a una estrategia comercial, sino al deseo de mantener la experiencia intacta. Porque más que una colección, lo que se propone es un viaje compartido entre dos formas de entender el diseño: una con décadas de historia, otra con una mirada fresca y crítica sobre lo contemporáneo.
Esta unión demuestra que la moda puede ser al mismo tiempo duradera, relevante y profundamente estética. Que se puede mirar hacia atrás sin nostalgia, y hacia adelante sin perder la raíz. Que lo nuevo no siempre está en lo nunca antes visto, sino en lo ya conocido mirado con otros ojos. Y que, cuando dos visiones se encuentran con respeto y curiosidad, el resultado no es una suma, sino una transformación.
