Equipada con una cámara de infrarrojos y una grabadora de campo, Madeline Hollander pasó cinco noches buscando grillos de alas planas, en su intento de registrar los movimientos para la investigación coreográfica que estaba llevando a cabo.

El silencio de los grillos, debido a una mutación genética en sus alas, los hace indetectables no sólo para las moscas parásitas, sino también para la coreógrafa. La cámara del artista capturó a los habitantes nocturnos de la selva tropical: una rana, un pollo, varios insectos, pero la ausencia de los grillos venía presagiando su probable extinción, en una metáfora de la lucha humana por adaptarse a las condiciones de cambio ambiental acelerado.
Para Hollander, la rápida evolución de los grillos silenciados sugiere una oportunidad para desarrollar una nueva danza de apareamiento, una coreografía de supervivencia automática y adaptativa. Con ello surgía Flatwing (2019), donde Madeline se materializa en una instalación de video que explora la aparición de grillos silenciosos de «alas planas» en la isla de Kauai, Hawái.

Se trata de la primera exposición individual de la artista en el Whitney, abierta hasta el 8 de agosto. Además de incluir su primer video instalación, la exposición presenta un conjunto de diagramas, dibujos y materiales de investigación creados en el proceso de realización de la película, así como una instalación sonora ubicada en la galería adyacente.
The Whitney cree profundamente en los diálogos sostenidos e íntimos con los artistas, por lo que la práctica multidisciplinaria de Hollander, que examina los conceptos de movimiento, patrón, gesto, medio ambiente y cambio climático, tiene cabida en este espacio.


"En su hermoso y misterioso video Flatwing, Hollander entrena sus intereses coreográficos en otra especie y nos coloca en el espacio en constante cambio donde la hipótesis y la creencia se fusionan
Scott Rothkopf