DOMAINES DE FONTENEILLE

FONTENILLE MENORCA
UN HOTEL DE AUTOR, DE MAR Y DE TIERRA

Por Marta Martínez

Con el proyecto de hoteles de autor Domaines de Fontenille, el espíritu de epicúreo de sus fundadores fluye con ecorresponsabilidad por Europa. Su nueva parada: Mallorca.

En su apuesta por un retorno a la tierra, hace años que Guillaume Foucher y Frédéric Biousse crearon y adoptaron el espíritu epicúreo de Fontenille: naturaleza, bienestar, sencillez y autenticidad con una pizca de elegancia. Lo que se traduce en un proyecto sostenible de hoteles de autor distribuido por los lugares más bellos de Europa.

Al renovar edificios antiguos, el dúo se rodea de los mejores artesanos para respetar la identidad y la singularidad de cada proyecto. Son ellos mismos quienes decoran el interior de las casas. La música que ponen es la que les gusta. Y, por supuesto, los jardines siempre son el alma del lugar. Así, el vino que se sirve en las mesas es de producción propia, el aceite de oliva que se utiliza para aliñar las ensaladas procede de sus propios olivares y las verduras cocinadas por los chefs se cultivan en los huertos de la propiedad.

En el más ambicioso de todos sus proyectos, Fontenille Menorca, se ofrece a los viajeros una experiencia llena de significado Mediterráneo. A 10 minutos del puerto de Mahón y compuesto por dos fincas independientes, el hotel se organiza en torno a su concepto único, aquel dedicado a la reconexión con uno mismo, con el tiempo y con la naturaleza.

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Hotel Santa Ponsa. Foto: Céline Hamelin.
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Foto: Céline Hamelin.

UNA VUELTA AL MUNDO EN SANTA PONSA

Santa Ponsa es el complejo más extenso, compuesto por 22 habitaciones, repartidas en tres edificios, reformados según los códigos arquitectónicos originales. Se han combinado detalles españoles y moriscos, como cúpulas y moucharabiehs, con elementos más anglosajones. Guillaume Foucher explica que el hilo conductor trazado es “el de un viaje imaginario de Europa a Asia, pasando por Oriente Próximo y Egipto”, pero a la vez “se respira el aliento del Imperio Británico, la languidez tropical, la fascinación por el exotismo y la extraordinaria riqueza del Mediterráneo”.

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