Dior Crucero 24: La unión entre lo tradicional y lo novedoso
La colección Dior Crucero 24 ha sido presentada en
Ciudad de México este mes de mayo.
La muestra tuvo lugar en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, espacio simbólico en el que estudiaron y se conocieron las enminencias de Diego Rivera y Frida Kahlo.
Durante su infancia, a Christian Dior le entusiasmaba observar desde la superficie elevada que le proporcionaba el precipicio de su finca en Granville, Normandía. Examinaba durante horas el horizonte y aquellos lugares a los que casi no alcanza la vista, y poco a poco empezó a avivar su creatividad y el interés por las tierras lejanas.
Su afición por recorrer el mundo y conocer las culturas más exóticas y primitivas, se ve reflejada en su primera colección celebrada en 1947. Uno de sus vestidos se llamaba México, segudio de Acapulco, Soirée a Mexico y Mexique, un vestido de tul bordado con escamas doradas, confeccionado para el otoño- invierno de 1951.
Ha sido esa curiosidad por conocer lo desconocido, lo que le impulsó a descubrir el resplandor del patrimonio mexicano presente desde sus inicios como diseñador y que ha logrado transpasar a sus sucesores hasta llegar a María Grazia Chiuri quién, movida por la admiración, aparece con motivo del desfile Dior Crucero 24.
Un “lugar del alma”, así es como Maria Grazia Chiuri describe lo que este país supone para ella y pretende ofrecer una poderosa conexión con México con uno de los referentes sociales y culturales más representativos de su cultura, Frida Kahlo.
La actual diseñadora de la marca se inspiró en las fotografías de la artista mexicana que, lejos de ser normativas, rompían los estándares de género. Desde los diecinueve años, Frida quebrantaba su feminidad haciendo uso de traje masculino en su día a día como símbolo de protesta y afirmación con motivo de reivindicar su independencia.
De esta manera los trajes rinden homenaje al estilo de la pintora mexicana. Por otro lado, con el propósito de hacer llegar los valores culturales a la juventud, las faldas al vuelo representan la costumbre tehuana, uno de los trajes regionales mexicanos más conocidos a nivel mundial acompañados con una túnica holgada denominada huipil.
De la colección, resalta un vestido rosa que evoca al que lució Frida Kahlo en uno de sus autorretratos.
La delicada elegancia se eleva por la variedad de encajes de algodón, cáñamo y seda seleccionados, por los casi invisibles diseños de los cuellos que enaltecen el jersey y el terciopelo negro y los jacguards en forma de mariposa. El terciopelo se examina en una magnetizante paleta de colores en faldas que realzan las caderas gracias a sus pliegues.
Para Maria Grazia Chiuri, cada colección es una oportunidad para estrechar lazos entre la novedoso y lo tradicional, una conversación cultural en torno a una artesanía extraordinaria, la colección Dior Crucero 24 es un reflejo de las múltiples especialidades del contexto artesanal mexicano, pasado y presente.
Abarcando un amplio territorio, los estados de México están habitados por múltiples comunidades cuyas identidades están influenciadas por sus costumbres textiles y sartoriales. Como si de un proyecto de investigación se tratase que permite conocer las aportaciones sociales e históricas de las culturas artesanales, esta nueva serie es un espacio para indagar y dar visibilidad a una serie de oficios realizados por comunidades indígenas.
En esta ocasión, María Grazia Chiuri ha contactado con diferentes generaciones de artesanos de diferentes regiones de México. El proceso de aportación ha sido variado, desde la creación de piezas originales que mezclan técnicas de bordado y tejido con prendas y accesorios del archivo de Dior, hasta el encargo de una colección de camisa y huipiles confeccionados por las comunidades.
