Delicioso llega a las salas el 5 de enero

Después de L'esprit de famille (2019), Éric Besnard dirige esta sensorial comedia con tintes de fábula sobre el primer restaurante de provincias de la historia, donde los claroscuros acompañan a los bocados más exquisitos y humildes sobre el trasfondo del conflicto de clases. Un despertar de los sentidos para toda clase de comensales que quiere devolvernos el apetito de vivir.

¿De dónde procede realmente la receta de delicioso? La primera escena, en la que se presenta el plato, es imponente

La receta… un día escribí a una persona para saber cómo hacer una receta de patatas y trufa, por las razones que comprenderás, con un sentido político. Quería que fuese la primera creación del personaje, un gesto artístico. Uno, cuando dirige la película pierde la idea platónica de la delicia. Surgen unos cuantos problemas fácticos: la forma, una empanadita para la que tuvimos que hacer pruebas. Hice deliciosos con distinta forma y al final encontramos esta forma, como un pequeño canapé. Después, el cocinero con el que trabajaba, me dijo que en el siglo XVIII no existía el hojaldre, así que hicimos la masa de empanada. Yo había previsto puré, pero al final acabó siendo un pequeño sándwich. En resumen, yo escribí dos líneas y al hacerlo real dio problemas.

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Además de emplear la comida como metáfora ¿Pretendía despertar el apetito?

Sí, es una película que quiere despertar el apetito de vivir. Hay una ilusión hedonista, por eso pasan las estaciones, viento, lluvia, incluso la banda sonora. He querido emplearlas para dar la sensación de vida. Claro, y todo tiene que pasar por la comida. Lo que yo quería es hacer un llamamiento a los sentidos, y desde ese punto de vista la comida es un buen vehículo.

 

Podrás leer el resto de la entrevista en el nuevo número de White Paper by