Su trabajo empezó a conocerse cuando saltó del mundo de las revistas al del diseño de interiores, primero con instalaciones efímeras y después con una primera silla de madera de volúmenes escuetos y un aire rural llamada “Spade” que cuestionaba la tradicional idea de confort.

Tras otros experimentos llegó su famosa butaca “Roly Poly” de formas ampulosas, redondeadas y amplio asiento que admite que el usuario se siente o recueste de la manera que mejor se adapte a su anatomía desafiando las conservadoras normas de la proporción. Una vocación escultórica se advierte a cada paso que da; dar forma a la materia es claramente su prioridad desde que fundara su propio estudio en 2008 y desde donde produce desde diseño de muebles, objetos y tejidos a interiores, moda y arte sin que el paso de una disciplina a otra le produzca ningún conflicto.
Recientemente ha realizado una colección de objetos de cerámica y tejidos de producción propia, de nombre “Dough and Plough”, alfombras para la firma cc-tapis, asientos para Tacchini, para HEM y también para Vaarnii, además de una espléndida colección para Poltrona Frau llamada “Squash” que comprende asientos, accesorios y alfombra, su primera incursión en el mundo de la piel a la que infunde una suavidad femenina que echaba de menos en la herencia de la marca.
Por: Ana Domínguez-Siemens
¿Cómo ha influido su formación en Historia del Arte en su trabajo como diseñadora?
Mi formación en Historia del Arte me liberó de los límites tradicionales de las disciplinas del diseño, permitiéndome abordarlas de una manera más integral. El diseño, como disciplina, suele mirar hacia adelante. Sin embargo, mi formación en bellas artes me impulsa a mirar también hacia atrás, buscando inspiración en tradiciones, oficios y movimientos artísticos diversos.
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