Chanel es elegancia sublime y creatividad vanguardista en la colección Ready to Wear Otoño/Invierno 2025/26
La colección Ready to Wear Otoño/Invierno 2025/26 de Chanel, presentada en el Grand Palais bajo el techo de cristal, es un espectáculo de lujo y fantasía que juega con escalas, proporciones y lazos visuales. Como un teatro de ilusiones oníricas, esta propuesta cautiva con su magistral combinación de tejidos, transparencias y elementos maximalistas, elevando la percepción de la moda a nuevas dimensiones. Con una instalación de Willo Perron como telón de fondo, la colección redefine los códigos de la casa, combinando la delicadeza de los lazos y las perlas con la audacia de las formas y las capas, creando una atmósfera de elegancia sublime y creatividad sin límites.
Bajo la monumental estructura, cada conjunto parece desafiar las convenciones, entrelazando lo tradicional con lo futurista. La paleta de colores, con tonos que van desde el blanco hasta el bronce, ofrece una visión compleja de feminidad que no teme jugar con las proporciones. Las siluetas se alejan de lo predecible, adoptando formas que redefinen lo que entendemos por sofisticación.
Un ejemplo claro de este enfoque es una chaqueta mini en tweed, combinada con pantalones excesivamente largos que alteran las expectativas y crean un contraste inesperado. A su lado, una camisa de popelín que cubre los tobillos desafía la convencionalidad de la prenda y aporta una nueva interpretación del estilo clásico.
Uno de los puntos fuertes de esta propuesta es la exploración del lazo como elemento de transformación. Lo que parece un simple detalle se convierte en una declaración de intenciones, embelleciendo todo, desde los cuellos de blusas hasta los puños de los vestidos. Los lazos se acumulan en joyas y se extienden hasta los tobillos, fusionando lo práctico con lo decorativo. El uso de materiales como el tweed y la seda, transformados por la imaginación, da paso a creaciones que brillan con un aire etéreo. Un suéter negro adornado con una larga cinta blanca culmina en un lazo dramático sobre el hombro, añadiendo una dosis de romanticismo y audacia al conjunto.
Los accesorios juegan un papel fundamental, convirtiéndose en elementos escultóricos que desafían la percepción de la escala. Los tacones hechos a partir de una sola perla y los bolsos cruzados que evocan un collar de perlas gigantes no son simples complementos, sino piezas de arte que elevan el conjunto a una nueva dimensión. Las joyas, decoradas con cristales brillantes, no solo adornan, sino que transforman cada look, creando una ilusión de exceso que no resulta sobrecargada, sino perfectamente equilibrada en su grandiosidad.
La técnica de superposición es otro de los recursos que marcan esta colección. A través de capas cuidadosamente estudiadas, los conjuntos se convierten en complejas estructuras de textura y volumen. Una chaqueta micro en tweed de color grenadina se combina con una falda envolvente y pantalones acampanados, mientras que un atuendo en tonos bronce presenta una túnica con pantalones y una falda abotonada que parece desafiar las normas de la moda tradicional. Este juego de capas no solo genera un impacto visual, sino que también introduce un sentido de fluidez en las formas, fusionando lo rígido con lo orgánico.
Las transparencias, a menudo usadas para evocar una sensación de ligereza, se emplean aquí con un toque subversivo. Una blusa de tul negro se lleva sobre un traje ecru, creando una superposición que permite que las líneas de la silueta se mezclen, mientras que una camisa de mangas abullonadas en tul blanco abraza una chaqueta-dress de tono claro. Estas piezas no solo sugieren una feminidad delicada, sino que también insinúan un aire de misterio y sofisticación. A través de estas transparencias, se genera un dinamismo que invita a explorar cada capa y a descubrir nuevas perspectivas con cada movimiento.
La colección también experimenta con la fusión de tejidos, presentando prendas que rompen las barreras de los materiales tradicionales. Los pantalones en chiffon y las prendas de seda que imitan el tweed ofrecen una mezcla intrigante, donde lo ligero se encuentra con lo estructurado. Este contraste de texturas y técnicas de construcción de prendas se combina con elementos de gran volumen, como los lazos y las flores, que amplifican la sensualidad de cada diseño sin perder la elegancia característica de la casa.
Los zapatos, con su estética delicada, no solo complementan los conjuntos, sino que se presentan como piezas esenciales dentro de este universo de ilusión. Los botines de tobillo, con detalles de satén y cintillas que recorren el empeine, evocan la suavidad de la feminidad. Las prendas como los abrigos de lana negra con encaje o las capas de tulle con volantitos, adornadas con toques de piel sintética, culminan el concepto de fragilidad y fortaleza que recorre toda la propuesta.
Al final, la pasarela no solo muestra ropa, sino que transporta al espectador a un mundo de sueños, donde la magia se encuentra en cada hilo, cada pliegue y cada detalle. La colección Chanel Otoño/Invierno 2025/26 es un canto a la belleza atemporal y a la maestría de la creación, una visión que atraviesa el tiempo y se reinventa con cada mirada.
