Ubicada en un enclave privilegiado en el corazón de la selva se encuentra Casa Areca. Esta construcción cuenta con cuatro habitaciones, cinco baños y lo más importante, un sistema de paneles solares que garantizan todo el suministro eléctrico y reducen las emisiones de carbono. Todos los materiales utilizados vienen de fuentes locales y en todo momento se ha respetado el terreno en el que se encuentra.

La casa está pensada para coexistir con la vegetación que la rodea y tratar de fomentar la convivencia con la naturaleza. Se emplazó en medió de la selva sin tocar ninguno de los arboles existentes. Las cuatro habitaciones se encuentran en el primer piso mientras que las áreas sociales de la casa se desarrollan en la planta baja. El salón se abre al exterior a través de grandes puertas de vidrio correderas y se extiende hacia la terraza de madera que cuenta con una alberca y un jardín privado.
Los muros que rodean la propiedad han sido construidos con toda la piedra extraída de la excavación. Las paredes del interior de la casa están hechas de cemento blanco pulido para crear de esta forma un sutil contraste con el suelo de color grisáceo claro. Todo esto proporciona un espacio homogéneo en donde destaca el mobiliario diseñado por arquitectos y fabricado con la colaboración de artesanos procedentes del estado de Yucatán.

El nombre de esta casa se debe a que la entrada se encuentra escondida entre un jardín de Arecas, una planta típica de la zona y que se extiende por zonas tropicales. Toda la madera utilizada en la casa es de origen local y ha sido tratada para conseguir un tono suave y desaturado, obteniendo así en todo su conjunto, una sensación de calidez y tranquilidad.
El muro frontal tiene una textura única ya que ha sido construido mediante bahareque, una técnica de construcción que consiste en utilizar palos y cañas entretejidos y cubiertos con barro. Un sistema de construcción que lleva utilizándose durante siglos por los pueblos indígenas de América. Este tipo de construcción dota al muro de grandes contrastes de luz y sombra.

Uno de los puntos más interesantes a tener en cuenta es que el consumo eléctrico de toda la casa está compensado con un sistema de paneles solares que reducen las emisiones de carbono. Por otro lado, las ventanas han sido cuidadosamente orientadas para aprovechar los vientos dominantes del oeste, manteniendo de esta forma la casa fresca durante todo el año.
Las habitaciones cuentan con grandes ventanales que las convierten en espacios muy luminosos. Todo esto enmarca la vegetación circundante y las sombras proyectadas del exterior decoran las paredes creando una atmosfera muy acogedora.