Baobab Collection Fety: velas sensacionales que llevan la esencia del verano a un nuevo nivel
La colección Fety es una celebración en toda regla. Un homenaje al verano en su forma más viva, más festiva y más colorida. Inspirada por los ritmos del océano Índico, por los tejidos tradicionales de Madagascar y por los paisajes luminosos del Mediterráneo, esta serie de velas perfumadas es el resultado de una colaboración auténtica, tejida a mano con paciencia, dedicación y muchísimo corazón. Fety —que significa “fiesta” en malgache— no es solo un nombre, es una declaración de intenciones: una invitación a llenar los espacios de alegría, belleza y emociones que perduran.
Durante diez años hemos trabajado codo a codo con una cooperativa de mujeres artesanas en Madagascar, que dominan con maestría el arte de tejer la rafia a crochet. Cada vela de esta colección es única, con su textura natural, sus colores vibrantes y sus bordados meticulosamente colocados. Lo que empezó como un proyecto artesanal se ha convertido en una firma de identidad: piezas que no solo perfuman, sino que cuentan historias, que visten los ambientes y los convierten en escenarios de verano perpetuo.
Milalao
Es una oda al juego. Desde el primer vistazo transmite vitalidad, desparpajo y alegría. Las rayas en verde ácido y amarillo limón vibran con fuerza, como si capturaran la energía del sol al mediodía. Sobre ese fondo natural, un volante bordado en amarillo se despliega como si fuese el borde de un vestido veraniego. Su presencia es alegre pero nada infantil: tiene ese punto sofisticado que mezcla moda, diseño y espontaneidad. Y cuando se enciende, todo cobra más sentido. La fragancia se abre con una menta crujiente, verde, que despierta los sentidos. Luego aparece el vetiver, que le da estructura y profundidad, y finalmente el ylang-ylang, con ese toque floral tan característico, que envuelve sin empalagar. Milalao es para los que no quieren quedarse quietos, para quienes entienden que jugar no es cosa de niños, sino un acto de libertad.
Llega con otra energía. Es movimiento, sí, pero más suave, más fluido. Las rayas en rosa y celeste parecen pintadas con pinceladas de cielo al amanecer. El volante bordado, en tono rosa pálido, le da ese gesto inesperado, casi poético, como un detalle que solo se revela al mirar con atención. Esta vela tiene algo de nostalgia, pero también de celebración tranquila. Es esa sensación de bailar descalzos sobre una terraza mientras cae la tarde, de reír con los ojos cerrados, de dejarse llevar sin pensar demasiado. La fragancia acompaña con notas acuáticas que limpian y refrescan, flor de sal que aporta textura olfativa y una base de vetiver que la hace durar en el aire. Mandihy no invade, pero sí envuelve. Tiene una elegancia casual, de las que no necesitan presentación.
Es la más contemplativa de todas. Su nombre habla de compartir, y hay en ella una calidez serena, casi íntima. La paleta de colores es sutil: rosa nude y caqui, en un juego de contrastes que no grita, pero sí seduce. El tejido, como siempre, es impecable, y el volante negro bordado en un lateral le da ese equilibrio justo entre suavidad y carácter. Anjara es la vela que enciendes cuando quieres estar en calma, cuando quieres que el espacio hable en voz baja. Su fragancia, floral y aterciopelada, combina orquídea, ylang-ylang y una pizca de algo que recuerda al sol en la piel. No es obvia, ni pretende serlo. Es una de esas velas que acompañan silenciosamente, que crean atmósfera sin imponerse. Una vela para leer, para hablar bajo, para abrir una ventana y dejar entrar el aire templado del final del día.
Es fuego contenido. No es estridente, pero tiene fuerza. Las rayas en ocre, amarillo mostaza y negro parecen sacadas de un paisaje africano al atardecer. Hay algo magnético en sus contrastes, en su estética más marcada. El volante bordado, también en negro, rompe la simetría con elegancia, como un gesto de estilo bien pensado. Esta vela no se esconde: pide protagonismo, tanto visual como olfativo. Su aroma es cálido, con una base floral de orquídea y ylang-ylang, y un fondo marino que recuerda a la sal sobre la piel después de un baño largo en el mar. Es profunda, pero no pesada. Tiene cuerpo, pero no agobia. Velona llena el espacio con personalidad y confort. Es la vela que colocas en el centro de la mesa cuando sabes que esa noche será especial.
Estas cuatro velas son más que objetos decorativos o fragancias bonitas. Son fragmentos de historia tejidos con paciencia y saber hacer. Son el reflejo de una colaboración que tiene raíces y alas: raíces en una tierra lejana donde cada hilo se convierte en arte, y alas que vuelan con cada nueva temporada, reinventándose sin perder la esencia. Milalao, Mandihy, Anjara y Velona no siguen una tendencia: marcan un estilo. Un estilo de vivir el verano con los cinco sentidos, con ligereza, pero también con intención.
Porque al final, el lujo verdadero no está solo en lo que se ve, sino en lo que se siente. Y estas velas están hechas para sentirse.
