Del 5 de octubre de 2023 al 2 de diciembre de 2023, la Maison Chaumet presenta la exposición Un Âge d’Or: 1965-1985 en los salones históricos del número 12 de Place Vendôme, comisariada por Vanessa Cron. En ella se recogen dos décadas de creatividad desenfrenada, en las que Chaumet revolucionó los códigos de la joyería situándose, una y otra vez, a la vanguardia de la industria.
La exposición rinde homenaje a colecciones imaginativas y a los genios creadores que jugaron con el oro y exploraron nuevos materiales y texturas. Los visitantes pueden sumergirse en esta atmósfera prolífica en los salones históricos, rediseñados con los colores de la época. Efectivamente, la escenografía con ayuda del Mobilier National, juega un papel fundamental creando un ambiente inmersivo.
Dentro de esta atmosfera, el espectador ya se ha convertido en un personaje más de la epoca y puede admirar los 140 objetos expuestos, muchos de ellos obras inéditas, poco conocidas u olvidadas, incluyendo joyas de Chaumet, muebles de Paulin, tapices de Vasarely, moda de Dior y Paco Rabanne, litografías de Andy Warhol y más. A travez de todas las piezas y de la decoración se vive un emocionante viaje a través de una era de creatividad sin límites.
LOS GENIOS CHAUMET
La Maison Chaumet, con más de 240 años de historia, ha sido un faro de creatividad en el mundo de la joyería. En el período de 1965 a 1985, dos figuras destacadas, René Morin y Pierre Sterlé, dejaron una huella imborrable en la casa de joyería parisina.
René Morin, con formación en escultura y joyería, asumió el cargo de director creativo en 1962. Su enfoque fue incesante e ilimitado, fusionando humor y poesía en sus diseños. Inspirado en una amplia gama de elementos, desde castillos hasta animales, creó joyas sorprendentes. Sus piezas inacabadas reflejaban su estética artesanal. Ideó el Bestiaire fabuleux, una colección de treinta y siete animales de cristal cubiertos de baño dorado. Sus obras de mayor éxito fueron las piezas con volúmenes XXL y en 1977 la icónica colección Liens d’Or.
Pierre Sterlé, conocido como el modisto de la Alta Joyería, se unió a Chaumet en 1976. A pesar de no dibujar físicamente sus diseños, su estilo elegante y refinado se impuso en las décadas anteriores. Sus creaciones transmitían movimiento y vida, como los broches de pájaros. Colaborando estrechamente con Béatrice de Plinval, desarrolló una estética diversa, destacando por su humor en piezas como los broches con instrumentos musicales.
L’ARCADE: UN ESPACIO FUTURISTA
El 17 de junio de 1970, Chaumet dio un paso audaz en la historia de la joyería al inaugurar L’Arcade, una boutique revolucionaria junto a su histórica ubicación en la Place Vendôme de París. Este espacio vanguardista fue concebido para exponer las creaciones más innovadoras de la casa.
Diseñado por la agencia Bernard Cognard, L’Arcade se destacaba por su fachada de aluminio, que contrastaba con la grandeza palaciega de la Place Vendôme. En su interior, mobiliario chino lacado y una disposición versátil creaban un ambiente dinámico. Pero lo más sorprendente fue la pantalla audiovisual en la planta baja, que sumergía a los visitantes en una experiencia total.
L’Arcade no solo fue un espacio comercial, sino un puente entre la joyería y el arte contemporáneo, exhibiendo desde perfumes hasta accesorios.
Su éxito fue tal que su concepto se extendió a ciudades de todo el mundo, consolidando a Chaumet como una fuerza influyente en la joyería moderna.
CRAFTING ART
La Maison Chaumet continuó su legado en los años setenta con una reinvención sorprendente de la orfebrería. En busca de nuevas formas y texturas, los joyeros de Chaumet exploraron diversas técnicas que llevaron al reinado del oro amarillo en múltiples iteraciones.
Las texturas tradicionales como el pulido, sunburst, cincelado, mate, rayado y cepillado se vieron complementadas por el «poli Arcade» y el pulido espejo. El primero, con su apariencia brutalista y primitiva, dio lugar al término «oro sauvage» (oro con textura). El segundo, pulido al extremo, creó un efecto espejo reflectante. La combinación y contraste de estas texturas fue todo un éxito.
Chaumet también exploró mucho más en los años, fusionando materiales inusuales y objetos cotidianos, creando combinaciones atrevidas y piezas vibrantes que desafiaron las convenciones.
La joyería de Chaumet de los años setenta sigue siendo un testimonio de su búsqueda constante de innovación y creatividad en el mundo de la orfebrería.
Una búsqueda constante que mantiene hasta hoy en día.