8M, hemos querido rendir un homenaje a nuestros sanitarios que sin duda han sido los verdaderos héroes del pasado 2020, un año muy complicado por la aparición de la COVID19, que obligó a confinar a toda la población en sus casas, y que se ha llevado a más 2,5 millones de personas. Marta Gómez, enfermera en un hospital de la comunidad de Madrid, ha estado desde el primer momento en la planta COVID, cuando ni siquiera se conocía que clase de virus era, y nos cuenta de primera mano todo sobre esos meses tan duros.
La primera pregunta para Marta Gómez fue como fueron los primeros meses de la pandemia, Marta respondió de esta manera: «Recuerdo el viernes 13 de marzo del 2020 cuando llegué a trabajar y encontré, que, en menos de 24 horas, nuestra unidad de 48 camas se había llenado de pacientes covid19. Mis compañeros del turno de noche estaban agotados y allí, reinaba el caos. A medida que pasaba la mañana el sentimiento de desesperación y frustración se iban haciendo mas grandes, porque nadie sabía como tratar a este tipo de pacientes y cuando empeoraban ningún tratamiento les hacia mejorar».
Estas primeras horas fueron las más extrañas sin lugar a dudas, desde fuera la gran mayoría veíamos el confinamiento como algo pasajero, algo de 15 días y volver a la normalidad, mientras que enfermeras como Marta estaban empezando a ver la gravedad de la situación, y esas primeras semanas fueron las más críticas para los sanitarios: «Así trascurrieron las primeras semanas. Impotencia es la palabra que mejor describe como nos sentíamos todos en general, porque no podíamos hacer nada por la gente, tan solo intentar acompañarlos en los últimos momentos, porque ni si quiera tenían la posibilidad de estar acompañados por sus seres queridos.»
Momentos muy críticos en los que los sanitarios tuvieron que dejar sus días libres a un lado y centrarse únicamente en su trabajo, pero los hospitales colapsaron, no habían camas para atender a todas las personas que se desplazaban a los hospitales y eso fue un momento muy duro para los sanitarios, que sentían miedo por estar tan cerca del virus y también se sentían muy tristes por ver como fallecían las personas, y sobre todo nuestros mayores.
A raíz de ello, la segunda pregunta para Marta fue que si ellos se sintieron solos en esos duros momentos, a lo que Marta respondió de esta manera: «El mejor apoyo fue el de mis compañeros de trabajo. Entre nosotros nos animábamos, y cada día, cuando finalizaba un turno nos decíamos que ya quedaba un día menos de vivir esta locura. Incluso tenemos un calendario donde hemos ido tachando los días uno a uno.
Fuera del ámbito laboral he recibido el apoyo de mis amigos, familia, mi pareja… aunque he de decir que hubo determinadas personas que intentaban minimizar la gravedad de la situación y no empatizaron demasiado. Creo que, en este tipo de situaciones, no vale decir “piensa en otra cosa”, “no veas las noticias” …pero cuando estas allí metido, no puedes pensar en nada más; porque cuando llegas a casa te acuerdas y piensas en personas que has dejado allí y que probablemente mañana no volverás a ver. Y las noticias las ves, porque cada día te levantas y esperas que lleguen mejores cifras, que bajen los contagios y fallecidos.«
Y al igual que la gran mayoría de la gente, el momento en el que más sola se sintió Marta fue cuando ella sufrió el virus, «Yo en particular, me sentí sola cuando enfermé, porque no tenia a nadie que me acompañara y me cuidara en casa. Llegó un momento que ni me apetecía hablar por teléfono, porque no es lo mismo.»
Por último, con motivo del 8M quisimos preguntar a Marta para saber cual es su opinión: «Este próximo 8 de marzo lo afronto con la esperanza de que todo esto acabe pronto. Me da igual, sinceramente, que sea el día de la mujer. Se cumple ya un año y tenemos mucha esperanza en las vacunas y en que la gente se comporte de manera responsable…aunque esto ultimo lo veo muy difícil, porque aquellos que no lo han vivido en primera línea o tienen familia en riesgo o simplemente porque no le han visto las orejas al lobo todavía, no son conscientes de la maldad de este virus: porque mata, porque ha destruido muchas familias y porque provoca soledad en muchas personas, sobre todo la de nuestros mayores.»
Marta expresó que lo más importante ahora es que este virus se acabe por completo, que el proceso de vacunas sea cuanto más rápido mejor, y que las personas no le pierdan miedo al virus y que se comporten de manera responsable, aunque por desgracia no dejamos de ver irresponsabilidades por parte de la población mundial que sin duda no han ayudado en absoluto. Esperemos que como dice Marta, esta situación acabe pronto y podamos volver a la verdadera normalidad.